Habían pasado ya varias semanas desde aquella pequeña discusión entre padre e hija; Diana no se daría por vencida tan fácilmente y haría hasta lo imposible por demostrarle a su padre quién es en realidad su esposa.
>
>>
>>>— Llegó a casa en eso de las seis de la tarde, al entrar dejó su portafolios encima de la mesita del vestíbulo y se dirigió al despacho, la casa estaría sola hasta el día siguiente, Déborah había salido de viaje por dos días y sus hijas sólo por uno, así que se encerró allí, se puso a trabajar y mientras firmaba unos papeles un recuerdo sé coló en su mente.
<<<Flash back>>>
— Cuánto te amo, Inés, no sabes las ganas que ya tengo en que nos casemos, mi morenita.
— Yo también ya quiero que llegue ese día, mi amor, seré la mujer más feliz del mundo. — le sonrió con amor.
— Y yo el hombre más afortunado, mi cielo. — la miró con devoción. — Eres tan hermosa. — comentó mientras acariciaba su mejilla.
— No me digas esas cosas. — sus mejillas se tornaron rojas por su cumplido.
— No digo nada más que la verdad, mi vida. — dijo sincero.
— Pero, me haces sonrojar. — apenada.
— Lo sé, por eso lo hago. — divertido.
— ¡Eres un pesado! — golpeó su hombro y él soltó una carcajada.
— Eres más guapa cuando te enojas. — no paraba de reír.
— ¡Yaaaa! — parecía un tomatito de lo roja que estaba su carita.
— Está bien, está bien. — agregó con jocosidad y después la besó con amor.
<<<Fin del flash back.>>>
— Que felices éramos en aquél entonces, Inés. — soltó un suspiro. — Daría hasta lo que no tengo por volver aquellos años, pero lamentablemente eso no se puede. — echó su silla hacia atrás y cerró los ojos por un momento.
-
-
-— Cada vez se sentía peor, su periodo tenía un retraso, abrió la boca con asombro al caer en cuenta, hizo cálculos desde la última vez, no.. no, se negaba a creerlo, ella no podía estar.. no, no, seguro estaba equivocada. Hoy saldría de dudas, así que salió de su recámara y fue al cuarto de una de las empleadas. — Jacinta, Jacinta. — tocó un par de veces la puerta y nada, al ver que no salía nadie, recordó que hoy era el día libre de todos, se maldijo mentalmente y se dirigió a la sala, en eso vio las luces del despacho encendidas y tocó.
— Adelante. — sé escuchó del otro lado de la puerta y ella entró.
— Buenas noches, don Victoriano.
— Buenas noches, Inés, ¿qué sucede? — preguntó al acomodarse mejor en su silla y juntar sus manos sobre el escritorio.
— Nada, señor, sólo venía a informarle que no hay nadie en la casa, ya que hoy es el día libre de todos los empleados, y que si se le ofrece algo de cenar.
— No, Inés, muchas gracias, puedes irte a descansar. — comentó tranquilo.
— De acuerdo, señor, si necesita algo, estaré en mi recámara, con permiso. — dio media vuelta y se marchó, él por su lado prefirió quedarse un rato más.
ESTÁS LEYENDO
Mi primer y unico amor.
FanfictionInés y Victoriano, tendrán que pasar muchos obstáculos para poder vivir su amor libremente y ser felices por siempre.