Cuando Montse se despertó, encontró a su hija sentada en la cama con los ojos enrojecidos y unas ojeras muy oscuras. El corazón le dio un vuelco al ver que su hija no había podido dormir en toda la noche y todo por culpa de esa sabandija. Maldijo en silencio al miserable de James, el causante de que su niña no pudiese dormir bien. Abrazó a Judith con todas sus fuerzas, se levantaron de la cama en silencio y después de vestirse con ropa cómoda, se encaminaron hacia el recibidor dónde ya las esperaba Josep vestido con su habitual traje, ella sonrió al ver a su marido así. Le encantaba aparentar y jugar a ser el gran jefe de la sede y aquello a ella le divertía muchísimo.
—¿Estás preparada para conocer la sede? —preguntó Josep a su hija.
Ella afirmó con la cabeza sin mucho convencimiento y se subieron al coche negro que ya los estaba esperando en la entrada. Cuando el coche enfiló la carretera que discurría al lado del bosque, Judith no pudo evitar mirar de reojo la vegetación por si volvía a ver aquellos ojos rojos pero por fortuna no vio nada. La carretera por la que transitaban era muy sinuosa, llena de baches y con unas grandes pendientes que hacían pensar que estaban subiendo por alguna montaña. Y así fue, cuando salieron del coche, Judith comprobó que estaban a lo alto de una montaña desde donde se veía toda la Sierra Norte y algunas poblaciones. Respiró hondo para llenar de aire puro sus pulmones, al notar una mano en su hombro dio un brinco y se giró encontrándose de frente a su padre, pero sus ojos no se fijaron en Josep que la miraba expectante, su mirada viajó directamente al edificio de cinco plantas que se elevaba delante de sus ojos.
—Vamos, no te entretengas.
Su padre la cogió del brazo y empezaron a caminar por un sendero que iba desde el estacionamiento hasta la entrada principal del edificio. Detrás de ellos caminaba con tranquilidad Montse, que no pudo evitar el escalofrío que recorrió su espalda cuando de reojo vio el edificio blanco de una sola planta. Quedaba algo escondido detrás del edificio principal de la sede, pero no pudo evitar que sus ojos viajaran hacia él. Hasta el área Zero. Sintió un repentino ardor en los ojos que logró controlar antes de que alguien se diera cuenta, no podía dejarse llevar por los sentimientos, no delante de Josep.
Cuando entraron al edificio de la sede, Judith se quedó asombrada. Era un edificio abierto, desde el recibidor, que era muy luminoso, se podían ver parte de los demás pisos. Las escaleras que subían a los pisos superiores eran de cristal al igual que los ascensores y aquello hizo que la joven se tensara. Odiaba los ascensores y más si eran de cristal como aquellos.
Josep María las llevó hacia uno de los ascensores y subieron a la última planta, allí era dónde sus padres y los otros directivos tenían sus respectivos despachos. Ellos se dirigieron hacia el final del pasillo y entraron al gran despacho de su padre, que no estaba nada decorado, era tan sobrio como él. Los muebles blancos y las paredes pintadas del mismo color, hacían que el despacho pareciese la sala de algún hospital.
Las mujeres se sentaron en unas butacas de cuero blanco mientras Josep se sentaba en frente de ellas detrás de su escritorio de cristal.
—¿Por qué no recuerdo nada? ¿No me trajiste aquí con lo del videojuego?
—Sí, pero estabas dormida. Te tuve que dar un somnífero para que no vieras nada del camino para llegar aquí, directamente te llevamos hacia las mazmorras.
Se quedó boquiabierta escuchando a su padre, no se podía creer que él hubiese sido capaz de dormirla y después mentir de aquella manera. Notó como la rabia se iba apoderando de ella y un cosquilleo apareció en su mano derecha, que empezaba a quemarle.
—Tranquila —susurró su madre apretando con fuerza la mano de su hija—, está prohibido que los menores de quince años vengan aquí, por eso te durmió.
ESTÁS LEYENDO
Entre dagas y colmillos ✅
VampireEn la OPEV tenían cuatro reglas inquebrantables: 1. Localizar y eliminar a cualquier vampiro. 2. No hacer distinciones entre hombres, mujeres y niños. Todos son unos chupasangre y deben ser eliminados. 3. Si se localiza al líder de algún clan vamp...