Montserrat se llevó a su hija fuera de la sala después de aquel incidente, no podía soportar ni un minuto más en ese lugar tan desagradable. Se quedaron de pie junto a la puerta de entrada sin decir nada, Montse se había quedado pensativa mientras su hija esbozaba una tímida sonrisa pensando en sus cosas.
Judith no sabía si sentirse genial por haber usado la magia por primera vez o sentirse mal por haber calcinado a un vampiro. Estaba eufórica pero no sabía bien la razón. El que también estaba eufórico era Josep al ver como su pequeña había matado a un vampiro, en aquel momento estaba muy orgulloso de su hija. Sabía que ya estaba preparada para su trabajo, así que se llevó a su mujer y a su hija otra vez a su despacho y le comunicó a Judith que empezaría a cazar vampiros de inmediato. Ella se sorprendió, ya que aún no sabía nada de cómo se hacía, pero su padre siempre le había dicho que aprendería a base de práctica. El primer encargo sería esa misma noche, habían visto un par de vampiros cerca del pueblo de Seyan y tenían que ser eliminados. Judith iría acompañada de Lorena, una cazavampiros experta que podría ayudarla en cualquier cosa que necesitara. Obviamente Josep no iba a dejar a su hija sola en su primera cacería, no era tan desalmado.
Cuando salieron del edificio principal, a Judith le llamó la atención el edificio de una sola planta que quedaba medio escondido a su izquierda. Al llegar, como estaba tan absorta mirando el edificio central, no se había fijado en el otro que era más pequeño. Tuvo la intención de acercarse pero una mano grande agarró con fuerza su brazo, se giró y vio como su padre la miraba con dureza.
—No puedes acercarte a este edificio —advirtió con la mandíbula apretada—, el área Zero está prohibida para cualquier persona que no tenga autorización.
—¿Qué hay allí?
—Nada que pueda interesarte por el momento.
Ahí estaba otra vez el misterio. Judith empezaba a estar muy harta de los misterios que se traían sus padres, tenía dieciocho años pero seguían tratándola como una niña pequeña. Podría haber contestado mal a su padre, podría haber echado a correr hacia aquel edificio para averiguar qué escondía, pero tan solo optó por callar y seguir a sus padres hacia el coche, no sin antes echar una última ojeada a aquel edificio de una sola planta que tanto llamaba su atención. Algún día averiguaría qué había allí, estaba muy segura de ello.
Al llegar a la mansión Josep se llevó a su hija a la biblioteca para hablar de sus asuntos, ella aún seguía algo enfadada por como la había tratado su padre, así que se sentó con los brazos cruzados en una de las butacas y lo miró con el ceño fruncido.
—Primero quiero felicitarte por haber matado a ese vampiro, has actuado muy bien aunque prefiero que no se use la magia en las instalaciones, podría ser peligroso.
—Supongo que... gracias —contestó encogiéndose de hombros.
—Esta noche es tu primera cacería, pero como ya te he dicho antes no irás sola, Lorena te acompañará para que no pase nada malo. Como ya formas parte de la OPEV, ha llegado el momento de darte esto. —Abrió un cajón de su escritorio y le tendió una caja pequeña que ella miró con curiosidad—. Aquí dentro encontrarás una identificación para que puedas moverte por casi toda la sede y tu propia piedra de traslado.
Judith cogió con suavidad la piedra redondeada de color gris y sonrió satisfecha por haber conseguido por fin una de esas piedras. Las piedras trasladoras eran el transporte más seguro y rápido para todas las brujas, así que Judith estaba deseando poder utilizarla para dejar de ir andando o en coche a todos los sitios.
—¡Por fin tengo una piedra! —exclamó feliz— Me muero de ganas de usarla.
—Pero espera, primero tenemos que hablar sobre lo de esta noche, cazar vampiros no es un juego de niños —Josep miró a su hija con el semblante serio y a ella se le congeló la sonrisa. Su padre era el rey a la hora de cortar la diversión—. La de esta noche es una ronda normal por las calles de Seyan, podrás utilizar la magia solo si estáis en apuros. Si es una situación normal deberás utilizar las armas que te hemos regalado, la pistola y la daga. Y lo más importante, jamás dejes que un vampiro te mire fijamente a los ojos, lo que te ha pasado antes ha sido porque te ha hipnotizado y nunca más debería pasarte algo así. Son capaces de manipularte y hacer contigo lo que les plazca, y esto jamás deberías permitirlo.
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Entre dagas y colmillos ✅
VampireEn la OPEV tenían cuatro reglas inquebrantables: 1. Localizar y eliminar a cualquier vampiro. 2. No hacer distinciones entre hombres, mujeres y niños. Todos son unos chupasangre y deben ser eliminados. 3. Si se localiza al líder de algún clan vamp...