Los días pasaban sin ningún otro inconveniente, James no había vuelto a aparecer y Judith respiraba mucho más tranquila. De hecho, salía de caza cada día sin temor a encontrarse con aquel vampiro obsesivo.
No había hablado más con su madre respecto al pequeño secreto y tampoco había querido indagar en aquel líquido naranja que la había visto beber. No se creyó la explicación de que eran unas vitaminas, porque si hubiese sido eso, su madre no habría escondido los frascos en una caja metálica con candado. Sabía que no eran solo vitaminas, pero Judith no quería saber más, confiaba en su madre y sabía que si le pasara algo malo se lo diría.
Judith en seguida se acostumbró a irse de caza prácticamente cada noche, la mayoría de veces eran avisos de neófitos que vagaban por el pueblo en busca de sangre fresca. Pero algunas veces tenía que ir en busca de vampiros más experimentados y aquellos sí que eran más difíciles de capturar. Aún no sabía por qué quería su padre a los vampiros más experimentados, tampoco sabía por qué de vez en cuando se llevaban a algunos vampiros al edificio de una sola planta, aquel edificio que por lo que había entendido días atrás, lo llamaban el área Zero. No había podido averiguar qué hacían en aquel edificio, todo lo que rodeaba el área Zero tenía un halo de misterio que no lograba comprender. Lo que había podido averiguar era que pocas personas podían entrar allí, entraban con una acreditación especial y era su padre el encargado de entregarlas, a ella no le había entregado ninguna, para Judith el área Zero estaba restringida y eso que era la heredera. No pretendía tener un tracto a favor ni nada de eso, pero le habría gustado que su padre le diese un voto de confianza y le contara qué hacía en realidad en aquel edificio, porque sospechaba que allí dentro pasaba algo turbio y necesitaba averiguar qué era.
Judith suspiró al pasar por quinta vez por la misma calle adoquinada buscando al vampiro escurridizo que tenía que capturar, no le habían dicho si era un neófito o si era alguien mayor, así que no sabía a qué se iba a enfrentar. Escuchó unos pasos veloces por detrás y se giró con rapidez, vio una sombra pequeña que se escurría por otro callejón y no dudó en perseguirla. Cuando giró por la esquina no vio ni escuchó nada, dio unos pequeños pasos con cautela y esperó. Pero no escuchaba nada, ni tan siquiera una respiración. Abrió la palma de su mano que enseguida empezó a cosquillear y creó una pequeña esfera de fuego para poder iluminar la calle, la empujó con suavidad hacia arriba y la bola levitó por delante de ella mientras empezaba a caminar con cautela. Si se trataba de un neófito tenía que ir con muchísimo cuidado, ellos no temían al fuego, no les daba miedo nada.
Todos sus sentidos se pusieron en alerta cuando escuchó un leve sonido, parecía un gemido o un sollozo. Se acercó poco a poco hacia la fuente del sonido y se encontró con unos grandes ojos marrones que la miraban llorosos. Acercó la esfera de fuego y vio que se trataba de un niño de unos siete años tumbado en el suelo abrazándose a su pequeño cuerpo. El crío, cuando vio la esfera empezó a temblar y cerró los ojos muerto de miedo, Judith vio que su piel blanquecina empezaba a tornarse de un color rojizo por la cercanía del fuego, así que apagó enseguida la esfera y se acercó al niño.
—No... no me hagas daño... —suplicó entre sollozos.
—Tranquilo, no te voy a hacer nada. —Aseguró ella agachándose a su lado— ¿Cómo te llamas?
—Pe-pero... nos cazáis, tu... tu eres...
Los ojos de Judith le empezaron a picar, signo inequívoco de que estaba a tres segundos de echarse a llorar por el pobre niño.
—Sí, soy cazavampiros pero no pienso hacerte daño. —Para darle más credibilidad a lo que acababa de decir, se sacó el cinturón de las armas y lo dejó en el suelo mientras se sentaba con las piernas cruzadas delante del niño —. ¿Ves? Me he sacado el cinturón, no voy a usar nada de esto contigo, ni con ningún niño como tú. ¿Ahora me dirás cómo te llamas?
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Entre dagas y colmillos ✅
VampireEn la OPEV tenían cuatro reglas inquebrantables: 1. Localizar y eliminar a cualquier vampiro. 2. No hacer distinciones entre hombres, mujeres y niños. Todos son unos chupasangre y deben ser eliminados. 3. Si se localiza al líder de algún clan vamp...