La serpiente de dos cabezas

Capítulo 9

El baile de Yule de este año se celebraba en Black Mannor y era el primer evento social en que Rasbastan asistía con sus padres y hermanos.

Rasbastan no era alguien tonto, los Black frecuentaban mucho a sus padres con la esperanza de unir a las familias en un vínculo matrimonial. Aunque la expectativa esta más en Rodolphus, siendo él el heredero se esperaba que su matrimonio fuera ventajoso.

Rasbastan se quedó en una de las esquinas mientras veía a su hermano bailar con Bellatrix Black. Ella tenia un vestido azul de terciopelo y miraba seriamente a su hermano, como una advertencia a que no le pisara los pies.

Él pensó en Petunia Evans, ella era muy delgada, así que se imaginó que ella bailaría con mucha gracia y delicadeza.

Rasbastan miro por el ventanal hacia los jardines, en uno de los banquillos estaba Lord y Lay Potter sentados, Lady Potter tenia su cabello pelirrojo recogido en una rendencilla de oro negro con cristales, ambos estaban tomados de las manos viendo a las estrellas.

—¿Por que estas aquí?— Rasbastan giró un poco su cabeza para ver al señor Alphard Black a su lado, tenia sus manos en los bolsillos de su túnica

—No me gusta bailar.

—A mi tampoco— respondió el señor Black— ¿En serio no hay una niña que haya llamado tu atención?

—Como segundo en la linea se que preferirían tener el nombre de mi hermano en sus tarjetas de baile y no el mío.

—Cuando crezcas, sabrás que los segundos en la linea somos libres— le dijo con una ligera sonrisa— Los mayores tiene el deber en sus hombros y los segundos, tenemos la diversión.

El señor se dirigió hasta donde estaba Lady Black conversando con Lady Elisse Malfoy y Lord Malfoy.

—¿Y que te dijo el señor Black?— Rasbastan se sobresalto un poco cuando escuchó la voz de Lucius Malfoy.

Rasbastan resopló, Malfoy siempre tenia la costumbre de aparecerse como un fantasma.

—Sobre lo que es un segundo hijo— respondió Rasbastan .

—Bueno, él nunca se ha casado— dijo Lucius— Siempre viajando entre Francia, Argentina y Estados Unidos. Muchos dicen que se volvió un nómada desde que le rompieron el corazón.

Rasbastan miró extrañado.

—¿No lo sabias? Eso es lo que muchas damas conversan con mi madre cuando van a tomar el té— pelea el heredero Malfoy— Dicen que estaba cortando a la heredera Prince, pero esta antes que le propusiera matrimonio huyó al mundo muggle. Por eso Lord Prince ya no participa en la vida social, solo asiste al Wizengamont.

—¿Por eso nunca se volvió a casar?

—Exacto— dijo Malfoy— Y dicen que la que más sufrió ese compromiso fallido fue Lady Black, ya que quería mucho a la heredera Prince como una hermana.

—¿Y qué pasó con la heredera Prince?— preguntó Rasbastan .

—Fue repudiada por Lord Prince, y él está firme que en la casa muera con él antes de adoptar por sangre a otro muchacho— respondió a Malfoy— Y con respecto a ella, bueno, nadie sabe nada.

Rasbastan miró hacia el otro lado del salón hacia el señor Black servirse otro vaso de lo que estaba bebiendo, su mirada parecía triste.

¿Tanto amo a la heredera Prince como para nunca casarse?

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"Estimado Lestrange

Debo decir que estoy sorprendida cuando desperté y vi tu lechuza junto a un presente. Debo decir que son unos preciosos guantes, y el color es perfecto. ¿Cómo sabia que mi color favorito es rosa palo?

No debio molestarse con un obsequio para Lily, pero mi hermanita esta muy encantada con su copia de Los cuento de Beedle el Bardo . Lo ha colocado a su pequeño estante a sus otros libros

Espero que le guste mi presente para usted y su hermano. Tenia la intención de entregársela en Hogwarts, pero ya que su lechuza esta aquí se envió ahora.

Con afecto.

Petunia V. Evans. "

Rasbastan dejó de lado la carta para abrir el paquete que una tarjeta con su nombre con una pulcra y curvea caligrafía. El papel tenia enredaderas y estrellas, dentro de ello estaba una bufanda color rojo quemado y unas cuantas galletas apiladas guardadas en una bolsa de papel brillante.

Él llevó la bufanda hacia su rostro, la lana con la que estaba hecha la bufanda tenia un olor a galletas impregnadas. La prenda parecía delicada y con detalle, como si hubiera sido hecha todo a mano.

Rasbastan sonrió un poco.

Desde que él le floreó su pañuelo, Petunia Evans había captado atención. No sabia si era por su cabello rubio que en la mañana parecía bañado en oro por la forma en el sol reflejaba o era sus ojos azules ligeramente fríos.

—Mira hermano!— Rasbastan salió de su ensoñación, Rodolphus entró a la habitación con una bufanda similar pero de un color gris, tenia una la bolsa de galletas en una de sus manos y la mitad de otra en la otra mano, además de algunas migajas en la comisura de su boca— ¡Es una bufanda muy suave! ¡Y estas galletas, Merlín bendito son mejores que las galletas que hacen nuestros elfos!

—Yo también tengo galletas— dijo Rasbastan .

—Madre ha visto la tarjeta de Evans— comentó Rodolphus mientras se engullía lo que quedó de la galleta en su mano — Y probo una de galletas, también dicen que están deliciosas. Esta pensando en invitarla en el verano, a tomar el té.

—¿Madre vio la nota?— preguntó Rasbastan y Rodolphus asintió con la cabeza— ¿Qué más dijo?

—Que Lady Black y la señora Druella no hacen más de jactarse que los Black nuevamente tienen pupilas bajo su ala— Rodolphus se tiro de espalda en la cama. — Madre esta celosa de Lady Black. Así que dice que quiere ver en persona a las pupilas de la casa Black.

Rasbastan miró la bufanda. Los Black deben tener motivos para acoger dos pupilas, tres si contaba en un futuro a la hermana menor de Petunia.

—Oye Ras. ¿Vas a querer las galletas?