Scarlet

Epílogo. Un nuevo amanecer

Algo más de un año después del intento frustrado del Grimm conocido como Skor de destruir la Tierra, la paz se había establecido hasta cierto punto por gran parte del mundo onírico. Si bien había muchos Grimm que solo querían regresar a la tranquila vida que habían tenido hasta antes de que Kerl comenzara el ataque generalizado a la Tierra, quienes se encontraban en un espacio más neutral se buscaron otros quehaceres lejos de la guerra y los conflictos. Poco a poco se fueron desmantelando los grupúsculos de Grimm que aún seguían queriendo continuar la tarea de Kerl, cuando no se pusieron de acuerdo para conseguir un líder apto para llevarlos de forma organizada hacia ese objetivo, que cada vez perdía más valor con el paso del tiempo.

Los que aún pretendían causar el caos y el desorden más allá de los límites de Drømmeverden se toparon con el grupo conformado por Lycia, Sarla, y algunos mestizos más. Cabe decir que esos Grimm no tuvieron precisamente un final agradable, y muchos otros desistieron por el simple temor a que la descendiente de cazadores de Grimm y los otros mestizos también los quisieran matar si osaban oponerse. Respecto a Lycia y los demás, les llevó varios meses dar con una gran cantidad de mestizos; si bien seguían faltando algunos aún, a los que Sarla ayudó a regresar al mundo material. Les explicó cómo evitar regresar de nuevo al mundo onírico, mientras se reparaban sus propios cimientos para restaurar de nuevo el velo que separaba por completo ambos mundos.

Respecto a Scarlet y Gabrielle, ayudaron en la reconstrucción tanto de la Ciudad Mariposa como de la Ciudad de los Pilares Inversos, aunque la segunda llevó más tiempo por la dificultad intrínseca de alzar de nuevo toda una ciudad sobre un compendio de corrientes gravitatorias, que habían cambiado de orientación con respecto a cuando la ciudad aún seguía en pie antes de que la Garra Carmesí hiciera acto de presencia. Scarlet tuvo la responsabilidad de revelar que los objetos mágicos que custodiaba cada líder en cada ciudad eran burdas imitaciones sin valor alguno, así como el destino de los verdaderos objetos mágicos. Los líderes entendieron lo que tuvo que hacer Scarlet por el bien de su propio mundo, y justificaron que ese era en cierto modo el motivo por el que protegían los objetos, por lo que era más seguro que ya no hubiera una Lanza de los Tres Pecados para no volver a poner en peligro ambos mundos en un futuro.

En el Reino de los Jazmines, Scarlet y el soberano Attilia se tomaron un momento para pasear a solas a lo largo del reino. Scarlet necesitaba saber por qué le dijo lo que le dijo poco antes de entrar en combate por última vez contra Kerl. Attilia olía con delicadeza un jazmín que había arrancado del suelo, al tiempo que le explicaba a Scarlet que preservar los jazmines de Drømmeverden era crucial porque estaban conectados con los equivalentes del mundo material, y eran los que en última instancia podían ayudar a los mestizos cuando más falta les hiciera. El soberano decía no entender del todo esto último, pero era lo que se le había transmitido de sus antepasados que debía cumplir por encima de casi cualquier otra cosa. No tenía constancia sobre si sucedía algo parecido con las mariposas por la aparente relación que guardaban con la Ciudad Mariposa, pero al menos así sucedía con esas flores de tan curiosas características que eran los jazmines.

Habiendo reparado las ciudades destruidas, y reestablecido en consecuencia el velo que separaba el mundo material del onírico, Scarlet y Gabrielle se dirigieron hacia la Torre de los Sabios, situada al sureste de Byen Bones. Como cabía esperar por la información de Skor, la torre estaba completamente abandonada, aunque aún seguía levantada la barrera mágica que la protegía. Scarlet y Gabrielle se afanaron en buscar la forma de poder traspasar la barrera e introducirse en la torre, pero no supieron cómo hacerlo porque el Grimm no le explicó cómo en su momento a Scarlet. Lamentando no poder conocer más sobre el pasado del mundo onírico o sobre las más que cuestionables acciones de los archimagos, a las chicas no les quedó otro remedio que regresar a la Tierra porque ya no tenían nada más que hacer en Drømmeverden, y tampoco parecía que los Grimm fueran a suponer un problema durante bastante tiempo.

Algún tiempo después se reunieron con Lycia, Sarla y los demás mestizos rescatados, y se establecieron todos en un pequeño pueblo cerca de Alemania. No fue sencillo que se pudieran entender entre sí, porque había mestizos que provenían de todas las partes del mundo y hablaban en diferentes idiomas, aunque el esfuerzo y la dedicación hicieron su parte, y con el paso de los años aprendieron a entenderse casi sin problemas. Aunque no quedaban muchos, la raza humana había logrado sobrevivir al brutal e implacable ataque Grimm orquestado años atrás por Kerl, quien subestimó la capacidad de las personas para sobrevivir en condiciones casi imposibles.

Lejos de haber diezmado a la humanidad, había cometido un terrible error porque ahora todos en ese pueblo, salvo Lycia, eran mestizos y podían anticiparse a un ataque a gran escala similar si se volvía a dar. Todavía quedaban repartidos algunos humanos por todo el mundo, eso era algo que ninguno había olvidado, y seguirían buscándolos incansablemente por más tiempo que les llevara a todos. Los pobres estaban solos, disgregados, temerosos de perder la vida en cualquier momento sin saber que la amenaza había acabado; de una forma u otra los encontrarían, o al menos a los que pudieran.

Los seres humanos jamás olvidarían el evento que sería conocido más adelante como la Purga Grimm, aquel ataque a gran escala que dio comienzo hace catorce años en el pequeño pueblo de Myre, y si los Grimm supervivientes que aún apoyaban la causa de Kerl eran lo suficientemente inteligentes, no iniciarían una nueva guerra si sabían lo que les convenía. Ahora la raza humana tenía a una líder generosa, fuerte, valiente y confiable llamada Scarlet Dawnstar; hija de humana e hija de Grimm, cazadora de Grimm por derecho propio, y el azote de aquellos seres que se atrevan a volver a perturbar la paz en la Tierra.