Scarlet

Capítulo 6: Grimm Handbuch für Jäger

Todo lo que giraba en torno a ese libro con una encuadernación exterior de cuero de un color más cercano al marrón que al verde oscuro era un práctico misterio para Scarlet, aunque sospechaba que perteneció a su madre. Había logrado descifrar una buena parte de su funcionamiento a raíz de leer el diverso contenido de esas frágiles y manchadas páginas en un tono amarillento y con los bordes algo deshechos.

La casualidad quiso que al regresar al mundo material apareciera en un lugar cercano del bosque en el que estaba el día que acabó en el mundo onírico hacía diez años, por lo que tardó poco en regresar al pueblo y volver a su casa. Sabía que no estaba a salvo y que era cuestión de tiempo que los Grimm intentaran volver a llevarse su alma a la fuerza, por lo que tenía que apresurarse en buscar todo lo que le pudiera resultar útil, ya que lo más probable era que tuviera que vagar de un lugar a otro deteniéndose lo menos posible en ningún lugar en concreto. Encontró una enorme bolsa, que le vendría muy bien porque se veía resistente y dentro de ella podía almacenar todo tipo de cosas que pudiera necesitar, en previsión de que tuviera que llevar más cosas de las que en ese momento podía imaginar. Después de cargar con suficiente comida para el viaje, rebuscando entre las cosas de su madre descubrió las anillas de una trampilla en el fondo del armario, a un lado. Al abrirla se encontró dentro con este libro, que tenía en la portada dibujado un lobo de perfil. Lo extrajo de la trampilla y lo abrió para examinarlo por encima. En la primera página ponía en letras grandes "Grimm Handbuch für Jäger". Justo debajo en letras más pequeñas escritas a mano aparecía traducido el título a diferentes idiomas para mayor comprensión multilingüística.

—"Manual para cazadores de Grimm". ¿Cazadores de Grimm? ¿A eso se dedicaba mi madre? Pero si mi padre era un Grimm entonces, ¿él lo sabía? ¿Qué está pasando aquí?

Las dudas de Scarlet eran comprensibles respecto a la existencia de ese libro y las preguntas que suscitaba en torno a quién era en realidad su madre. Aunque de pequeña le enseñó los fundamentos de la cacería, nunca le llegó a explicar de dónde provenían, y Scarlet nunca preguntó al respecto. Ese libro parecía explicar muchas de esas cosas. Conforme pasaba de páginas empezó a ver ilustraciones bastante detalladas de seres grotescos acompañadas de descripciones sobre estos seres en diversos idiomas. No le hacía falta a Scarlet saber que se trataban de Grimm, ya que su estancia en el mundo onírico le permitía identificar a algunos de ellos, si bien no a todos. El libro explicaba la biología de los Grimm, su forma de actuar y sus principales debilidades, así como la forma o formas de acabar con cada uno de ellos.

Scarlet no alcanzaba a entenderlo. Si se suponía que la primera vez que aparecieron en el mundo material fue hace diez años, ¿cómo había un libro que podía datar de hacía cientos de años que describía ya a esas criaturas? ¿Acaso hubo un tiempo en que vivieron también en el mundo material? Estas preguntas tuvieron que esperar. Cerró el libro, lo metió en la bolsa y salió del pueblo lo más rápido posible.

Ahora se encontraba de nuevo revisando el libro cuyas páginas había visto tantas veces que casi conocía de memoria, a pesar de que debía tener cientos y cientos de páginas de lectura no muy agradable precisamente. Pudo inferir que hacía muchos años los Grimm poblaban la Tierra junto con los seres humanos. Causaban el caos y el pánico por todos lados, y ello motivó la formación de una especie de asociación de cazadores instruidos en lo necesario para perseguir y matar a esos seres a fin de preservar la paz. Como ella, habían aprendido en base a la experiencia cómo combatir a cada Grimm, pues no todos eran iguales y cada uno tenía una forma muy particular para acabar con él. Según los escritos en el libro, lejos de resolver la situación no había hecho sino más que empeorar, porque los Grimm se multiplicaban a un ritmo mucho mayor del que los cazadores lograban matarlos, por lo que estos últimos estaban en peligro de desaparecer.