01 Nadie mira a Felix como lo hace Hyunjin

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Desde hacía ya veinte minutos, la luz de la mañana se colaba por las amplias ventanas de la casa del embajador surcoreano en Chile. Hyunjin, que rara vez despertaba con facilidad, llevaba el mismo tiempo con los ojos abiertos y la mirada perdida en su pintura de Closer. Los ojos de Natalie Portman lo escrutaban fijamente.

Jeongin, hijo de la mano derecha de su padre y su mejor amigo desde que tenía memoria, dormía acurrucado a su cuerpo en un cálido abrazo. Repentinamente la puerta de la habitación fue abierta por un sonriente Seungmin, que entró para treparse en la cama y despertar a su novio con un suave beso.

Innie, despierta, es hora de ir a la universidad susurró, acariciándole una oreja con la punta de la nariz.

No iré respondió IN, enterrando la cara en el brazo Hyunjin. Él sigue en modo drama y yo tengo mucho sueño.

¿Estás tomando café? interrumpió Hyunjin, desviando la mirada al tazón térmico que Seungmin llevaba en una mano.

Tu hermana hizo un cambio tras otro a nuestra presentación, así que, as always, no pude dormir ni un miserable minuto —Seungmin bebió un poco—. Sorry, pero no viene con opción de compartir.

IN se estiró en la cama incorporándose para sentarse frente a su novio, ordenó un poco su pelo rubio que era un desastre a esa hora y sonrió: Algún día serán grandes abogados y podrás mantenerme.

—¿Pasarás de ser mantenido por tu familia a ser mantenido por tu novio? —le recriminó Hyunjin.

—Es el plan —le contestó desenfadadamente, para luego volver a concentrar su mirada en Seungmin—. Te ves muy guapo de traje —agregó, estampando un beso en esa sonrisa que tanto le encantaba.

—En realidad, un artista en Latinoamérica necesita de su mecenas para subsistir —reflexionó Hyunjin en voz alta, volviendo a perderse en el cielorraso.

Una impecable Yeji irrumpió en la habitación mirando el cuadro con exasperación. Su hermano  se encontraba acostado mirando al infinito, seguramente sin siquiera haberse lavado la cara o los dientes. Supuestamente sería el conductor designado esa mañana para poder repasar la presentación durante el camino. Por otro lado, su compañero de caso, muy tranquilo besando al inútil de su novio.

Está bien, quizás llamar inútil a Jeongin era exagerar. Pero en ese determinado momento cualquier cosa podía estresarla, eso lo incluía a él, a Seungmin y por supuesto que a Hyunjin. Empujó a su mellizo para sentarse a su lado en la cama.

—Podría tomar mis llaves y salir de acá, perfectamente podría dejar que te quedes en esa cama hasta que te adhieras a las sábanas. Pero no voy a tolerar que alguien como tú se esconda en casa por algo que no debería avergonzarle. ¡Jinnie, esas cosas pasan!

No pasarían si fuera más atractivo murmuró Hyunjin sin apartar la mirada del techo.

Ella sintió una oleada de ira recorrer su cuerpo ¿Cómo era posible? Respiró profundo evitando golpearlo, tomó su cara con ambas manos y lo miró directamente a los ojos.

—¡¿Chugule?! Saliste del mismo útero que compartimos por siete meses. Si hay algo de lo que estoy segura, es de que somos enfermantemente guapos.

[Chugule: Romanización del coreano. Significa "¿quieres morir?", sin embargo, su uso no es agresivo ni seriamente violento].

Dicho esto, lo tomó del brazo para sacarlo de la cama y conducirlo rápidamente al baño.

—No es tan simple —rezongó, arrastrando los pies.

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