Sus sentimientos eran un secreto pero poco a poco se fueron saliendo de control, dejó de guardarlos y se permitió sentirlos como cualquier otro adolescente de 18 años... Entonces se dio cuenta de lo inevitable: El Gran Dios Asesino de las Explosione...
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La vio contener el aliento y quedarse estática, él se acercó entonces y estiró la mano para tomar la ajena y acercarla a su cuerpo; cuando estuvieron uno frente al otro Ochako suspiró sintiendo el corazón acelerado; sus mejillas se encendieron al verlo tan cerca, decidido y serio; tragó saliva y él soltó su mano para pasarla por su cintura hacia su baja espalda, la contraria se apodero de su mejilla y comenzó a inclinarse sobre ella lo que le sacaba de estatura. "Este es mi primer beso" Pensó Uraraka cerrando los ojos y él al verla hacerlo la imitó, más ansioso no podía estar; su corazón le ensordecía los oídos con el "badum" "badum" "badum", sus rostros se fueron girando hacia el contrario y un segundo después sus labios se posarían sobre los de ella besándola como le prometió.
Suavemente hizo presión en sus labios sintiendo la curvatura de los contrarios cuando ella sonrió, la mano en su mejilla se adentró entre sus cabellos hasta su nuca y la tomó firmemente abriendo la boca para probar cada uno; primero inferior y luego el superior y un segundo más tarde giró el rostro para el lado contrario y continuar besándola. "¡Dios mío!" Pensó la chica cuando la pasión comenzó a ser protagonista del encuentro, la lengua de Katsuki rozó sus labios haciendo que un intenso calor se aglomerara en el vientre de la dama. De inmediato se puso de puntillas y Bakugou se sintió demasiado atraído a la cercanía de la castaña; se giró y la llevó de espaldas al mueble de la cocina y abrió la boca para adentrarse en la ajena; aquello incrementó el calor que estaba sintiendo por todos lados, se le erizó la piel y hasta se le endurecieron los pezones.
- ¡Hmmm! – Soltó el sonidito de gusto y él abrió los ojos separándose un poco, ella sintió la saliva del chico en sus labios y la cara caliente además de una increíble relajación en la base de su nuca.
- ¿Estuvo mal? – Preguntó mirándola.
- No. –
- Es que... - Se mostró algo preocupado porque no entendía las señales de ella.
- Estuvo bien. –
- Ok. – Pero apenado se enderezo y se separó de ella. – Am... ¿te gustó? – En respuesta se mordió los labios sonriendo, sonrojada asintió y huyó de él para buscar los platos y servir la comida. "¿Por qué me siento tan... emocionada?" Su cuerpo le pedía a gritos olvidar el almuerzo, llevarlo a la cama y tumbarlo en ella para besarlo hasta perder la cordura; jamás se había sentido de esa manera y le daba miedo girarse y sucumbir. "¡No lo hagas!"
Prefirió servir la comida, primero el arroz que ya estaba listo en la arrocera, sirvió una cama circular y perfectamente bien acomodada para luego echar el curry encima; Katsuki la miraba como ella hacía todo en silencio y sumamente nerviosa y sonrojada. "No sé si es bueno o malo... está demasiado callada" Pensó mirando la oreja encendida de la chica que ocultaba su faz atrás de sus mechones.
- Voy a lavarme. –
- Ah si, está bien. – Se encaminó al baño mientras ella terminó de servir y poner la mesa mientras la música seguía sonando en su celular; jamás se le iba a olvidar lo que sonaba cuando él la besó pues era una especie de utopía.
