~Me Haces Tanto Bien~

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*Toc* *Toc* *Toc*

- Oh, Deku kun, pasa por favor. –

- Am... pre...preferiría no hacerlo. –

- ¿Huh?, ¿Por qué? –

- Bueno pues porque... e-eres una chica y am... vives sola y e-eso no está bien. – Ochako parpadeó un par de veces mirándolo sin poder creerlo. Sabía que Midoriya tenía 17 años a diferencia de los demás, él era el que cumplía de último, pero a veces si parecía un niño.

- ¡Jejejejeje! Está bien Deku kun. – Él ofreció la mochila y ella la tomó.

- Tus deberes están dentro, Iida kun los tomó. –

- Gracias. –

- Oye Uraraka san... sé que no es de mi incumbencia, pero... ¿te peleaste con Kacchan? –

- Algo así. – Dijo desviando el mirar y mostrándose afligida.

- Porque él... bueno estaba preocupado por ti, incluso quería venir pero le dije lo que me pediste. –

- ¿Le dijiste? – Midoriya notó que ella palideció un poco.

- Si, fue lo que me pediste. ¡Espera!, ¿estuvo mal? –

- Am... no lo sé... yo... sabes qué, ¡No me importa! –

- ¿De verdad? –

- Si, segura, gracias por traerme mis cosas. –

- No fue nada. – El peliverde se despidió con la mano y se marchó; la castaña entró y lo primero que buscó fue su teléfono y ahí vio las llamadas perdidas del explosivo, eran 2, cada una al término de cada clase tras el receso, a las 2:10 y a las 3:10.

- ¡Tonto! – Estaba ofendida de cierta manera pues seriamente creía que él ya no quería nada más con ella después de tener relaciones. "¿No que me quieres?" Pero a pesar de pensar esas cosas o de engañarse de esa manera en el fondo sabía que él la quería, al verlo hincado ante ella limpiando sus pies mientras ella sostenía las flores que él le había llevado. Terminó caminando hasta su habitación notando que encima de su cajonera ya había una pequeña colección de cosas que el chico le había dado. Estaban las orejitas del parque y los boletos, los peluchitos de ellos dos y el libro de poemas, el oso de peluche estaba en su cama y se sentó en esta tomándolo en los brazos. "Ya no sé ni que pensar" Se dijo sintiéndose asustada pues si él estuviera con ella o lo dijera abiertamente delante de todos, ella no sentiría ese miedo de que él sólo la quería para lo físico, pero los detalles, los mimos, él había hecho demasiado por ella y eso no era normal, no al menos en el Bakugou que ella creía conocer, pero su amor propio era el que la hacía sentirse ofendida.

Katsuki por su parte después de reponerse a base de duros golpes de orgullo, llegó a la agencia de Best Jeanist y le pidió que lo pusiera a trabajar porque lo necesitaba, el rubio no demoró en encontrarle qué hacer y así se mantuvo ocupado; incluso los días consecutivos cuando él no se presentó a clases y Hagakure preguntó al maestro por él, Aizawa dijo que estaba en una misión.

Hubo un punto en el cual Katsuki estaba tan dolido consigo mismo y con todo lo que sentía en su interior que peleando tan espléndidamente como lo hacía contras los villanos, se dijo en qué sucedería si se lastimaba en ese momento, si ella iría a verlo al hospital como había hecho anteriormente, que sin necesidad de ir aun así fue a visitarlo. "¿Lo harías o te dañé tanto como para que me mandes a la mierda para siempre?" Se dijo detonando en derredor para quitarse a los enemigos de encima y después sacarse unas cuchillas de los brazos. Ni siquiera manteniéndose ocupado olvidaba lo que sentía o a la chica. "Naaah yo no sirvo para ser novio o Romeo, o puto paño de lágrimas, la única mierda que sé hacer..." Y saltó para comenzar a girar detonando alrededor de su cuerpo...

~¡Quiéreme!~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora