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- ¿De verdad me vas a llevar hasta la casa de mis papás? –
- Seh. –
- ¡Ay si Katsuki! Te va a encantar, te enseñaré dónde crecí. – Sonaba ilusionada así que él no dudó más; condujo hacia el departamento y se estacionó en el mismo lugar donde su senpai había dejado el auto.
Subieron para empacar pero Katsuki no supo cuánto tiempo iban a estar por allá, también debía avisar a su senpai ya que no iría a trabajar; aunque eran trabajos menores, no se sentía inútil si le pagaban por ello; de cierta manera aprendió a ser humilde a base de necesidad.
- Ocha, ¿cuánto tiempo vamos a estar allá? –
- No lo sé, yo antes podía quedarme todas las vacaciones pero no creo que quieras eso. –
- Oi no, debo trabajar. –
- Hmmm... ok, entonces que tal, ¿una semana? –
- ¿No hay problema con tus viejos? –
- Hasta ahora yo siempre me he quedado con los tuyos, es tu turno. –
- Joder... ok, como quieras. –
- Olvidé decirte, lleva ropa de playa porque obviamente vamos a ir. –
- Lo supuse... todo el turismo de esa prefectura se basa en el mar. –
- ¡Jejejeje! Salvo por el negocio de mis padres... - Se rio apenada. – No sé porque construcción viviendo en un puerto. –
- Porque se necesita. – Se acercó palmeándole la cabeza. – Oi, ¿nunca pensaste dedicarte al negocio familiar? –
- Pues... no... desde pequeña me gustaban los héroes, creo que por eso mis padres jamás me dijeron nada en relación a la empresa. –
- Lo mismo mis viejos. –
- No te imagino de diseñador. –
- No me jodas. -
- ¡Pppffttt! –
- ¡No te rías! –
- Nee Katsuki, estaba pensando que ya que tenemos auto, podríamos viajar por la prefectura, podríamos ir a los santuarios y también al parque nacional. –
- ¿No es allá en donde está el santuario de Ise? –
- ¿Te refieres a la roca de los esposos? -
- Ajá. –
- Si... mis padres fueron cuando eran novios, tienen una foto ahí, está en un marco en la casa. –
- Ya... y supongo que te gustaría repetir la tradición. – Ochako se sonrojó y bajó el mirar porque desde niña miraba esa foto pensando en si alguna vez ella iría al santuario con quien sería su futuro esposo; Katsuki la vio sonriendo de manera disimulada, pero se notaba muy emocionada con la idea.
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~¡Quiéreme!~
FanfictionSus sentimientos eran un secreto pero poco a poco se fueron saliendo de control, dejó de guardarlos y se permitió sentirlos como cualquier otro adolescente de 18 años... Entonces se dio cuenta de lo inevitable: El Gran Dios Asesino de las Explosione...