~Un Equipo~

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~~~Capítulo especial por el día de las madres~~~

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Está de más decir que Bakugou pasó relativamente mal lo que faltaba del resto de las clases, Bakugou señor, porque su señora estaba la mar de feliz... Ella tenía ambos puños bajo de su mentón y mecía los pies debajo de su escritorio mostrándose ansiosa mientras su esposo sólo miraba el reloj rogando que se detuviera por X, Y o Z razón. Pero no pasó... "Joder" Mentó para sus adentros cuando sonó el último timbre del día y todos se levantaron para tomar sus cosas. Se levantó de su silla y antes de recoger nada de su mesa la miró como se levantó y caminó por el pasillo dando saltitos.

- Kacchan. –

- ¿Qué quieres nerdo? – Dijo recogiendo las cosas de su escritorio para llevarlas a su maletín y apartando la mirada de la notoria emoción de Ochako.

- Am... perdona si es personal. – Dijo llegando por un costado.

- Entonces si es personal no preguntes. –

- Bueno ustedes gritan bastante. –

- ¿Qué cojones quieres? –

- Es que Uraraka san... digo... am... ¿Bakugou san? Bueno ella... ah... -

- ¿Qué quieres con ella? –

- No, no, nada de eso, es sólo que pues... ¿lo llevan difícil? –

- Si, un poco. – Dijo yéndose por el pasillo y el peliverde lo siguió de la misma manera con sus cosas.

- Espero puedan resolverlo. –

- Yo también. – Respondió el explosivo de manera sincera. Y la vio levantarse con su mochila y sin mirarlo así que supuso que ella seguía molesta; nada más se agachó para tomar su maletín y echar todo dentro y la vio darse la vuelta para conversar con Yaoyorozu, Katsuki tenía esos muslos que adoraba en la cara así que echó sus cosas de mala gana dentro de su casillero y tomó su maletín para levantarse atrás de ella, Ochako no se dio cuenta pero los orbes gris humo de Momo se posaron en aquel a su espalda y cuando la chica estaba por girar el rostro las explosivas palmas la rodearon por la cintura y tras pegar su humanidad a la de ella susurró a lado de su cabeza. - ¿Sigues emputada? –

- Pero qué manera de preguntar. – Apretó los labios y cerró los ojos.

- Oi estoy siendo romántico aquí. –

- ¿Ah sí? –

- Am... yo los dejo. – Dijo la pelinegra que avanzó a su casillero y Ochako se giró así que los brazos del chico se aflojaron un poco.

- Ocha joder... - Dijo apretando los dientes y rodando los ojos y ella suspiró.

- ¿Qué? –

- ¿Podemos parar de una puta vez? No funcionamos jodiéndonos mutuamente. –

- Hmmm... - Arrugó el gesto porque él tenía razón y no quería dársela pero terminó cediendo. – Bueno como quieras. – Pero antes de que Katsuki cantara victoria la voz de Aizawa le heló la sangre.

- Bakugou... los dos, salgan. – Ella sintió el repelus de nervios que le recorrió el cuerpo a su marido y giró el rostro, pero como él avanzó llevándola de la mano ya no le dijo nada.

- Suerte en su castigo. –

- Que deseo de mierda es ese. – Se quejó Katsuki pero la mano de Ochako lo sacó del aula.

- Si sensei. –

- Vengan conmigo. – El de hebras largas y oscuras los llevó por la academia hasta afuera en donde estaba la maestra con el castigo, aunque parecía ser sólo castigo para Katsuki.

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