~Por Hacerte Feliz~

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Después de esa noche con ese sueño tan extraño Katsuki sólo quería hablar con ella sobre eso pero no sabía cómo comenzar la conversación; pensó en que podía esperarse a las vacaciones para conversar y por ahora hacerse el tonto así que como cualquier mañana se levantó se metió al baño para asearse y cambiarse los vendajes. Cuando salió Ochako estaba sentada en la cama peinándose el cabello.

- Buenos días. –

- Buenos. – Se veía adormilada.

- ¿Estás bien? –

- Estoy cansada. –

- Te haré un café. –

- Gracias cariño. – Pero olvidaron un detalle, la regla de oro de los analgésicos... "No ingerir con cafeína" (...)

En la academia, tanto ellos como muchos otros de su clase estaban vendados gracias a la peligrosidad de la prueba del día anterior, Aizawa al verlos de esa manera simplemente los mandó de regreso a casa pero para que no tomaran transporte público, pidió el autobús escolar que iría de casa en casa llevándolos a todos.

- ¡Siii! Es como una excursión. –

- Ashido, a veces pareces una niña. –

- ¡Déjame Jirou! Ya cada vez falta menos para graduarnos y ya no haremos estas cosas. –

- Es verdad, será como ir de campamento. –

- Ouh, ya sólo nos queda un año de campamento. – Iban las chicas conversando pero la castaña solo corrió a enroscarse en el brazo del explosivo.

- ¡Oi! – Lo tomó desprevenido.

- ¿Qué haremos al llegar? –

- Am... no sé, lo que quieras. – Respondió quedamente el explosivo pero lo cierto es que estaba cansado. Pero su dama no, lo tomó y prácticamente lo llevó a rastras hasta la parte trasera del autobús. – ¿Y esto? – Le preguntó porque se veía risueña, con todo y las vendas en las mejillas y los brazos. "¿Y a esta qué le pasa? Hace una hora estaba exhausta y ahora..." Se dijo sin comprender hasta que ella lo hizo sentarse en el último asiento en la ventana, se sentó a su lado, se despojó de la mochila, le quitó el maletín y se le fue encima para besarlo. No compendió pero tampoco preguntó o se quejó, correspondió de inmediato con todo y las risitas de los demás. Ojiro se sentó y no demoró ni 2 segundos cuando volvió a levantarse para cambiarse de lugar; así les dejaron la parte trasera vacía y Ochako se fue besándolo todo el camino; claro que gracias a eso no prestaron atención de hacia dónde iban.

- Bakugou Katsuki. – Dijo el robot que conducía y el explosivo levantó la cabeza; ya tenía toda la camisa movida y el cabello desgreñado cuando se asomó y vio la casa de sus padres a un costado.

- ¿Qué cojones? –

- Que ya llegaste a tu casa Romeo. –

- Pero si yo no... - Y Uraraka se asomó quien también tenía el cabello todo revuelto.

- ¿Te bajas o qué? –

- ¡Agh joder! Ven. – Tomó a la castaña de la mano y ambos tomaron sus cosas para bajarse, entre las risitas y las caras rojas de la mitad de sus compañeros descendieron y el autobús se fue.

- ¿Y ahora? –

- Pues... vámonos al metr... -

- ¿Katsuki?... ¡Ochako chan! –

- Tenía que ser... - No es que su madre tuviera radar pero si un autobús grande se paraba delante de su casa, era lógico que se asomaría a la ventana.

~¡Quiéreme!~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora