~Del Ensueño a la Realidad~

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Al día siguiente Ochako despertó gracias a un olor que ya conocía, desde pequeña su madre le preparaba esos wafles con frutos rojos y miel y el delicioso aroma se esparcía siempre por toda la casa, con una sonrisa de gusto abrió los ojos sólo para verse pegada a un charco de sudor.

- ¡Oh Dios! – Dijo mirándose la mano que despegó del pecho del explosivo bajo ella.

- ¿Qué? – Renegó entreabriendo los ojos.

- Estás todo sudado. –

- Joder. – Se levantaron los dos y de inmediato se quitó la camiseta para limpiarse, ella se apresuró a lavarse las manos y también cambiarse la pijama por algo fresco de estar en casa. Una vez bajaron y saludaron con los buenos días Ochako se dirigió a su padre.

- Papi, necesitamos un abanico arriba. –

- ¿Está muy caliente la habitación? Hmmm... y eso que hice pruebas de clima, pensé que estaba agradable. – Se tomó el mentón mostrándose pensativo, incluso habló sólo para sí.

- No, está bien pero hmmm... a Katsuki no se le da bien el clima cálido. –

- Es al contrario. – Intervino el explosivo de inmediato.

- Aquí no estás peleando Kats. – Le respondió y él no dijo nada, sostuvo la taza mientras su suegra le servía café.

- ¿Peleando? –

- Necesita sudar para pelear. – Katsuki no pudo evitar sentirse orgulloso de que su mujer lo presentara con sus padres, hasta que las cosas se fueron por otro lado...

- O sea que tu sudor es lo que estalla. –

- Si, por eso prefiero que esté fresco para dormir. –

- Ya veo... - Le dio un sorbo a su taza y continuó. – O sea que con eso detonaste a mi bebita en primer año. – Katsuki sopló el café con demasiada intensidad y este se derramó  mientras su chica palideció un poco.

- Papá... era una pelea equitativa, yo usé mi quirk y él el suyo. – Explicó la castaña pero para un padre que vio como su pequeña era detonada una y otra vez, el comentario salió sin más. Katsuki limpió la mesa y la madre de la chica trajo 2 platos ya servidos y le dejó uno al explosivo delante.

- Ya hablamos de esto, lo importante es que lo que representó ese encuentro para Ochako. – El hombre no dijo más, Katsuki miró el plato que la mujer le dejó en frente, se parecía mucho a lo que su madre preparó aquella vez en su casa cuando se quedó ella a dormir, de cierta manera no era cosa de la madre de él, sino también de la chica. "Ah como le gustan estas mierdas" Pensó más no dijo nada, tampoco se quejó de que fuera un desayuno dulce y que él prefería cosas saladas pues sus suegros no lo sabían así que simplemente se limitó a comer y cuando estiró la mano para tomar más miel la chica lo miró.

- ¡Oh! – Él la miró a ella del mismo modo y pasados unos segundos tomó la miel para servirse, entonces ella habló. - ¡Jejejeje! Estás comiendo miel. –

- Se me antojó. –

- Ya. – Claro que no le creyó pero no le dijo nada, al menos no delante de sus padres. Una vez terminaron de desayunar subieron para prepararse para salir y entonces ahí se lo dijo. - ¿Por qué no le dijiste a mi mamá que no comes eso? –

- No me voy a poner a exigir menú. –

- ¿Pero estuvo bien? -

- No es que nunca haya comido eso, prefiero lo salado, pero he comido de todo, mujer. –

~¡Quiéreme!~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora