Tenía tan sólo cinco años cuando todo el reino que mis padres con su sudor y esfuerzo progresaron, se hundió bajo las llamas de un enemigo muy fuerte. Asesinaron a todos los que conocía, incluyendo a mi familia, dejándome completamente sola en el mundo, huérfana y desamparada. Vague durante días por el bosque, no conocía muy bien de frutos, así que en ocasiones algunos me hicieron daño. Mis zapatos se desgastaron, a veces me veía amenazada por lobos y aves grandes, pero una mañana cuando me encontraba sentada sobre lo que alguna vez fue un árbol, él llegó a mí. Justamente en ese momento estaba asustada, porque no se parecía en nada en lo que haya visto antes, no era un hombre normal.
-Me vas a comer?- pregunté.
-Claro que no- dijo el hombre con cabeza de ave y cuernos.
Se acercó más a mi y arrodillandose, tomó mis manos.
-Vengo a llevarte conmigo, pequeña-
Sus plumas eran negras, y vestía un traje negro con camisa blanca y corbata.
-Me harás daño?- pregunté una vez más.
-Jamás te haría nada malo- respondió. Tomé su mano y caminamos juntos por el bosque.
El día iba cayendo, y pronto va anochecer, pero, a pesar de que él era muy diferente, no me daba miedo nada.
-Por qué tu cabeza es de un ave negra, y tiene cuernos?- le pregunté.
-Porque me gusta-
-Eres una clase de demonio?- volví a preguntar y él rió.
-Para nada, no soy un demonio-
-Y entonces que eres?-
-Soy un buen hechicero. Me llamo Vesemir- respondió.
-Yo soy Atlas, princesa de Ara-
-Me gusta tu nombre, y tu cabello blanco-
-A mi me gustan tus plumas- dije sonriendo.
Vesemir me enseñaba algo de magia, así como también de astrología. Pasábamos horas estudiando en su cabaña, de vez en cuando me preparaba comidas especiales para momentos especiales, como mi cumpleaños, un gran avance en mis estudios, o porque descubrimos nuevas constelaciones.
Jamás se quitaba sus guantes de cuero negro, y debo admitir qué eso me daba mucha curiosidad, pero jamás le pregunté nada con respecto a él. Es atento, serio, y con una enorme paciencia, algunas veces se salía al porche de la cabaña a leer algún libro, y verlo daba mucho de que hablar.-Vesemir, siempre te quedarás a mi lado?- le pregunté mientras él me arropaba para dormir.
-Por supuesto... Dime una cosa, Atlas. Me tienes miedo, por como luzco?- él preguntó y lo miré con más atención.
-No, de hecho, pareces alguien tierno- respondí sonriendo.
-Buenas noches, pequeña-
Muchos se asustarian al ver a una criatura como él, con una niña como yo. Dirían qué es cosa del demonio, que es un ser que secuestra niños, pero no es así, a mi me gusta mucho estar con él. A su lado se abrió un camino de múltiples oportunidades y estoy emocionada de dar mis primeros pasos en este nuevo mundo, en este mundo que él va creando.
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ATLAS
General FictionLa miré a los ojos y en ese mismo momento sabía que estaba perdidamente enamorado de ella. Te encuentras en un laberinto de setos, y aunque sabes que hay una salida, la apatía desciende sobre ti y te llena de consuelo, y te resulta físicamente impos...