Caímos en otro mundo, el golpe de la caída me dolió un poco, en cuanto me levanté pude ver la marca de la mano de Zora en mi brazo.
-Sɛ ɛyaw no yera na kuru no yera- dije en lengua antigua y la marca desapareció, al mismo tiempo cambié de ropa; tenía la costumbre de vestir sólo de color blanco o negro, o ambos. Caminé hasta Vesemir y él desviaba su mirada lejos de la mía.
-Con esto, siento que no te conozco, cómo sí fueras otra persona. Así que sí quieres que vuelva a confiar en ti, dime quien es ella- dije cruzando de brazos. Él se quedó sentado, ni siquiera volteaba a verme.
-... Ella fue elegida por él triángulo antes que tú, lo mismo que hicimos contigo lo hicimos con ella, pero en el momento de otorgarle el poder y la vida eterna en la ceremonia, el triángulo la rechazó en el último instante, arrebatándole los ojos. Génesis miró en su corazón maldad, lo que nos llevó a exiliarla y privarla de todo y todos. Con el tiempo, el odio, el rencor y la tristeza en Zora comenzó a apoderarse de ella, como un virus. Ahora ella no puede escuchar a nadie, ni cambiar... ya no pudo librarse de su desfase temporal-
-Por qué la exiliaron? Eso fue muy cruel, ella ni siquiera sabía en ese momento que sería mala-
-Atlas, cuando a una persona le detectan cáncer, qué es mejor? Acabar con el antes de que se apodere de todo el cuerpo, o tratar de enfrentarlo después de que se volvió mucho más fuerte y que ya no tiene cura? Eso sucedió con ella. Recuerda que en esto se hacen muchos sacrificios por el bien de los demás-
-... Sigo pensando que fue cruel. Cómo sea, ya no puedo detectar la frecuencia del triángulo, y aparte, qué es éste lugar?- dije volteando a ver a mi alrededor. Vesemir se levantó y observaba los paisajes. Estábamos en un bosque, por un momento llegué a pensar que estábamos en mi mundo, pero observé en el cielo que habían dos lunas, y la frecuencia era diferente. Era de noche y las estrellas en este lugar eran asombrosas, comenzamos a caminar en busca de un lugar, alguna cabaña o campamento, pero no había nada de eso. Durante el camino fue silencioso, algo incómodo; él volteaba a verme de reojo, con intensiones de hablarme, pero esta vez, yo era quien no deseaba verlo, o hablar con él de algo en particular. Finalmente pude ver algo a lo lejos, una cabaña, corrí hasta llegar y me di cuenta de que no estaba lejos, sino, que era muy pequeña, una cabaña del tamaño de un juguete. Sus luces estaban encendidas, y humeaba por la chimenea. Me agaché tratando de ver por sus ventanas, pero no podía.
-Cómo es posible que esté de este tamaño?- susurré a mi misma.
-Puedo ayudarles?-
Rápidamente me levanté y ambos volteamos a ver de donde provenía la voz de esa joven. Era una chica que caminaba hacia nosotros acompañada de un lobo. La piel y el cabello de ella era blanco, su cabello tan blanco cómo él mío; llevaba una máscara de conejo sobre su cabeza, y su acompañante no era un lobo cualquiera, ¡Era asombroso!; de color negro y lleno de estrellas por todo su cuerpo.
-Quienes son?- volvió a preguntar, me acerqué, quería cruzar palabra con ella.
-Soy Atlas, y él es Vesemir. Y ustedes quienes son?-
-Me llamo Bunny, y él es mi esposo, Volk-
Me sorprendí al escuchar cuando dijo que el lobo es su esposo, ni siquiera son de la misma clase, pero luego volteé a ver a Vesemir, y ambos tampoco somos de la misma.
-Ustedes no son de por aquí, cierto?-
-Es verdad, somo forasteros de muy lejos, pero no venimos a hacerles daño-
-Qué hacen aquí?-
-Caímos en este mundo por accidente-
-Cómo a través de un portal? Cómo él qué conecta este mundo de otro?-
-Qué? Ustedes tienen un portal?- dije sonriendo.
-Pueden llevarnos a el?- le preguntó Vesemir.
-Claro-Ella y el lobo nos guiaban por un sendero a través del bosque. Entré los arbustos podía ver conejos saltar, y todos se dirigían a ella, las luciérnagas volaban entre los árboles, y en el arroyo qué estaba junto al camino, logre ver algunas sirenas. Siento que el universo me está mostrando algo que sólo mi corazón puede entender.
-Deberías de confiar en ella?- me preguntó Vesemir en voz baja.
-Sin ninguna duda. No siento energía negativa en ellos, de hecho en ninguna parte de este mundo-
-... Atlas, yo... debí contarte todo, pero hay cosas que no debes de saber, no porque no quiera, sino por tu bienestar-
-Haberme advertido al menos de ella, pude haber estado prepada- dije y caminé hasta Bunny dejándolo atrás. En eso llegamos a la cima de una colina, y abajo pude ver un portal.
-Hemos llegado, ese portal nos conecta con la otra dimensión, el mundo de los humanos. Por eso tenemos dos lunas, una pertenece a ellos. El portal se activará cuando las lunas estén en su punto, aún falta un poco de tiempo-
-Gracias, Bunny- dije sonriendo. Nos sentamos en el césped bajó la luz de su luna, los pequeños conejos saltaron hasta ella y los acogio.
-Puedes dejarme con ella, Volk. Estaré bien- le dijo al lobo. Él caminó hasta donde está Vesemir y se sentó a su lado.
-Cómo mantienen su relación?-
-Bueno, él no siempre fue un lobo, y yo no siempre fui lo que soy. Es el alma de mi esposo viviendo en ese lobo, cuando las estrellas de su cuerpo se caen, forman la silueta de lo que realmente es. Tuvimos altibajos, pero siempre supimos qué sólo somos nosotros dos. Es normal que en una relación de pareja existan discusiones de vez en cuando, pero si ambos conversan con calma podrán resolver cualquier diferencia-
-Quisiera comprenderlo mejor-
-Cuando una persona ama siempre está dispuesta a dar todo por la pareja, ahora piensa si tu estarías dispuesto a dar todo por él, porque puedo sentir que él si te ama- dijo sonriendo. Miré al frente donde estaba sentado Vesemir, pude sentir culpa, un poco de tristeza, pero es verdad lo que dice... al final sólo somos nosotros dos.
El portal comenzó a brillar y ambas nos levantamos, había llegado nuestra hora de dejar esta dimensión.
-Te lo agradezco, Bunny, y nuestra pequeña charla me ayudó mucho-
-Te lo agradezco yo a ti, puedo decir que tengo una amiga- dijo y me abrazó.
Vesemir y yo caminamos hasta el portal y cruzamos a la otra dimensión.
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ATLAS
General FictionLa miré a los ojos y en ese mismo momento sabía que estaba perdidamente enamorado de ella. Te encuentras en un laberinto de setos, y aunque sabes que hay una salida, la apatía desciende sobre ti y te llena de consuelo, y te resulta físicamente impos...