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Dedicado a qlqTATA2004
Feliz cumpleaños, corazón.

El hombre se notó ligeramente molesto y nervioso a la vez, pero la postura de Jimin no cambió en ningún momento. Sus dedos seguían entrelazados con los del doctor al ser lo único confortable para él en ese momento, no se detuvo a pensarlo mucho.

⸺Como sea ⸺volvió a hablar el rubio, pues el supuesto hijo de los ancianos no se atrevió a pronunciar otra palabra más ⸺. Me alegra muchísimo que estén vivos y sanos. Desearía que el volver a vernos fuera en viernes por la tarde noche, mientras compro un six de cervezas y unos panes rellenos de chocolate para Melanie.

Los ancianos soltaron unas risas que le brindaron una calma al rubio, incluso el azabache se permitió sonreír también, no había nada más que esa conversación tranquila. Ignoraban todo sonido del exterior.

⸺Veníamos a pasar la noche aquí y buscar provisiones antes de movernos a mi departamento ⸺comentó rápidamente el detective, sin dejar que el tema siguiera su curso. Quería evitar preguntas o perder tiempo ⸺. ¿Les molesta si tomo algunas cosas? No pensé que estarían aquí e igualmente iba a dejar una nota por si volvían. Los hacia en Philadelphia.

⸺Nosotros también nos hacíamos en Philadelphia ⸺mencionó la abuela, con una suave sonrisa y una mirada llena de cariño además de un acento burlón. Se había levantado luego de su esposo para recibir al rubio y ayudar si era posible. Aquella señora jamás se quedaba quieta ⸺. Claro que no, joven Park. Adelante. Tome lo que le sea necesario.

⸺¡Claro que sí! ⸺peleó el hijo.

El rubio tiró de la mano de Jungkook, mirando mal al hombre, pasando de largo mientras no despegaba su mirada para rodearlo.

⸺No te está hablando a ti ⸺pronunció el azabache.

El rubio pasó de largo dándole indicaciones al doctor. Su primera orden fue caminar hasta la sección de papelería, dónde tomó dos mochilas discretas en cuanto a color y volvió con él. El minisuper estaba surtido con variedad de artículos siendo comestibles y no, por lo que compensaba muchas de las cosas que tendrían que buscar a fuera.

Podrían apañarselas con lo que existía en ese lugar y el rubio estaba agradecido de pasar tanto tiempo en esa tienda como para saberla de memoria. Aún si no hubiera aprendido el lugar, siempre comentaría sus momentos con aquellos ancianos como los mejores de su semana o el mes, gozaba de una buena relación con ellos, como los abuelos que nunca llegó a tener.

⸺Es la comida de mis padres, les están robando. Con todo esto que está pasando debería de ser para la familia. ¡Ustedes! ¡Dejen lo que están tomando!

⸺Cariño, cálmate. Tus padres les dieron permiso, no es robo ⸺insistió la mujer ⸺. Hay demasiado para compartir.

⸺Deberías hacerle caso a tu esposa, ella parece ser mucho más lista y amable que tú ⸺comentó el azabache, porque veía el rostro molesto del rubio y algo punzaba en su interior por comunicar lo que tal vez estaría pensando.

O se estaba haciendo ideas locas.

⸺Muchacho Park, dígame. ¿Cómo están las cosas allá afuera? Cerramos la tienda y nos mantuvimos aquí en cuanto comenzaron los disturbios. No dejamos entrar a nadie, por suerte nuestro hijo y mi nuera llegaron minutos antes. ¿Cómo es que llegaron aquí?

El rubio dejó de ver las latas para llevar su mirada al abuelo, sus ojos se suavizaron, la mochila descansó en el suelo y caminó para observarles de frente sin algo que pudiera impedirle consolar a aquellos adultos mayores si era necesario. El azabache continuaba con lo que le había indicado sin dejar de ser parte de la conversación, mirando cada tanto al detective y los dueños de la tienda.

Deadpoint | jikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora