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Los sacaría a todos. Para volver a encerrarlos...

Ninguna de las personas a su cargo -y el de otras personas- eran nómadas, necesitaban un lugar seguro para instalarse, para establecerse, descansar y vivir. Estaba adelantado al presente, pensando en incontables posibilidades para formar el sistema perfecto de vivienda.

Era sencillo para su cabeza vivir en ese momento y estar adelantado a los diversos caminos.

Tenía contemplada la posibilidad de algunas muertes. Estimaba entre dos y seis personas con las medidas que había tomado.

Tal vez había sido irresponsable poner a una mujer joven en sus veinte años junto con un ex-preso -por error- juntos, para llevar a otros jóvenes adultos, un conserje, una madre, su hija, dos niños más y el exasperante ruidoso hijo de dos ancianos que en ese momento estaban escondidos con él. Delegó la misión con lo que le enseñó a Darren y Melanie, confiando en ambos luego de evaluar a uno y conocer  casi de toda la vida a la otra. Mientras que él, un experimentado en combate -no contra sonámbulos- y un doctor -de carácter fiero- protegerían a los más vulnerables. Pensó muchas veces en esos cortos segundos antes de tomar una decisión.

Si le pedía a Darren que se quedara con los abuelos no habría podido regresar con Jungkook y los abuelos para comunicar tranquilamente lo que debía suceder, sabía de sobra que intentaría a toda costa el volver para escoltar por su propia persona a los restantes. Debía acortar el tiempo y los riesgos. 

Además, notó no solo en Melanie y Darren la cabeza suficiente para enfrentar ese nuevo mundo. Podría hacer un esquema de la capacidad mental en cada uno de los supervivientes. Kerrie, Rafael, Jane, Luther, Evander y Grover serían muy buenos elementos, considerando también a ese dispuesto muchacho que saltó al autobús desde la ventana de la universidad. De las diecinueve personas metidas en ese embrollo, diez parecían estar comprometidas a hacer lo que se tenía que hacer, teniendo en la cabeza a cuatro de ellos.

Asoma sus esmeraldas por el cristal sucio, percibe a los responsables de su preocupación naciente en la boca de su estomago, manteniéndola encerrada en una burbuja de "sentido racional". El hombre de piel apiñonada y cabellos rubios va por el frente para dar indicaciones, mientras que Melanie y el chico de bandana roja en la cabeza ayudan a los restantes a subir por el barandal. Los niños están juntos, los tres tomados de las manos entre Shelley y Akihiro.

Las cejas rubias del detective se juntan hacia arriba al fruncir su ceño con la aparición de resucitados que hacen gritar a Shelley, mira a Kerrie girar para observar a la chica de cabello rubio, a Rafael mantener sus tijeras en alto para involuntariamente enterrarlas en la cabeza de aquel ser y todo se vuelve un caos.

Sus propios pies lo llevan a la escotilla, tiene que hacer algo. No puede quedarse quieto si el chico de la bandana cargó a Sofía, Grover a uno de los gemelos y Akihiro al restante, al mismo tiempo que Shelley corría a los brazos de la peligris, Jane tomaba la mano Rafael y Melanie, mientras Darren, Luther y Evander junto con el conserje estaban dispuestos a defenderlos.

Levantó sus brazos, apoyándose de los respaldos para salir por la escotilla a medio cuerpo, desde ahí señaló hacia Jungkook sus planeadas herramientas para salir de apuros como ese -y no tanto como aquel-, toma entre sus dedos una lata, dirigiéndola sin el papel que guardó en su mano hasta impactar esta contra la puerta del departamento esquinado más cercano, a la misma dirección donde iban sus supervivientes. Así, los resucitados correrían dejando libre el camino para sus escandalosas pisadas mientras Melanie intentaba abrir algún departamento.

La pelinegra se rinde cuando él hace sonar otra lata contra alguna parte de la explanada, atrae a varios sonámbulos de afuera, pero le importan más los que se tiran por el barandal cuando suena el auto por el golpe de su siguiente artefacto. Vuelve adentro al ser jalado por el doctor, siente sus manos y la alerta en su tono de voz, su nombre siendo llamado con horror, pero no entiende hasta que ambos deben agacharse nuevamente en el suelo por los cristales estallando de una de las ventanas. Sus ojos registran a Melanie entrando a su departamento junto a algunos y Darren dos antes con varios más, gira su cabeza para ver al aguijón retraerse viscosamente fuera de la ventana rota.

Deadpoint | jikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora