Deadpoint | jikook

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Golpeó con el dedo la cerámica de su taza favorita, el café recién servido humeaba hasta su barbilla. Permanecía parado a unos cuantos pasos de la puerta principal de su departamento, viendo como los adultos se acomodaban en la sala para escuchar lo que tenían que decir, los niños habían sido llevados a las camas, dejando la puerta abierta con Darren recargado en el umbral para cuidarlos y escuchar lo que se tendría que hablar en aquella junta.

Cuando el doctor terminó de lavar su taza, caminando hasta posicionarse a su lado, decidió hablar. Primero intentó darle a su rostro una muestra de la seriedad del tema, pero transmitir calma al mismo tiempo.

⸺Me temo que antes de proceder con lo que realizaremos el día de mañana a primera hora, tengo que dar una pésima noticia. El día de hoy, veinte de septiembre del dos mil diecinueve, hemos perdido a un colega. Algunos de nosotros no lo conocíamos y tampoco éramos cercanos a él, otros convivían casi a diario al ser él un trabajador escolar. El señor Taegeon murió dando todo de sí para que varios de nosotros pudiéramos estar juntos y sanos aquí. El doctor Jeon y yo pasamos sus últimos minutos junto a él, nos contó una romántica historia de amor, era un hombre que hasta su ultimo aliento permaneció adorando a su difunta esposa.

Analizó los rostros de cada uno de los integrantes en el departamento, estaban atentos a su relato, parecía que el sueño se había ido de sus cuerpos al escucharle. La mayoría presentaba una seriedad respetuosa, mientras que algunos estudiantes contenían las lágrimas.

⸺Sé que todos hemos estado pasando por mucho, perdimos compañeros, amigos, tal vez familia. En este momento, no solo vamos a darle una despedida digna al señor Taegeon, sino a todas esas personas que no estaban teniendo la oportunidad. Actualmente y hasta donde sabemos, somos los únicos que recordamos a nuestros seres queridos y conocidos, los únicos que podemos hacer valer su persona en nuestras memorias. Debemos ser fuertes y seguir a delante por el sacrificio de la gente que ha dado su vida por nosotros y por quienes seguirán dándola. Seremos más que una comunidad, una familia. Desafortunadamente, no tenemos veladoras, flores o licor para despedir o brindar por el señor Taegeon y no sabemos su religión o si alguno de ustedes tiene alguna, por lo que seremos lo más neutrales posibles.

En ese momento, miró al doctor, la mano del mismo estaba sobre su hombro para llamar su atención. Parecía querer decir algo y sin dudarlo, le otorgó la palabra.

⸺Propongo, si es que me lo permiten, ya que tenemos escases en los recursos cotidianos para un velorio, realizar una acción física para demostrar nuestro respeto. Hablando desde mi perspectiva personal, me gustaría saber que si falto, realizarán este tipo de reunión y seña pensando en mi.

El silenció permaneció luego de su intervención, a él le pareció una idea excelente y conmovedora. Aunque no quería pensar en el momento que el doctor faltase en la comunidad, era una probabilidad. Antes de confirmar que la idea había sido de su gusto, otra persona más habló.

⸺¿Y que podríamos hacer? ⸺pronunció Rafael, el chico que parecía realmente encontrar seguridad en sus tijeras. Estaba aprendiendo bien sus nombres.

Volvió la vista a Jungkook, este se mantenía sumido en sus pensamientos, mordiendo su abultado labio inferior. Luego levantó la mirada, llevó su mano izquierda sobre su pectoral izquierdo, encima de su corazón; la mano derecha la estiró hacia al frente a la misma altura, con la palma dando hacia el suelo, esta giró después hacia el techo y subió el brazo hasta ponerlo recto, vertical en conjunto con su cuerpo. Se mantenía cabizbajo con los ojos cerrados.

Era como guiar con la fuerza del sentimentalismo, de la tierra donde sería enterrado el difunto hasta el cielo en el que descansaría su alma.

Abrió los ojos, deshaciendo el gesto. Lo miraban los sobrevivientes y él mismo continuaba haciéndolo. Fue poético.