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Parecía ser un poco más sencillo que antes.

Escurrirse fuera del departamento, caminar entre sonámbulos, sorprenderse cada que algún resucitado corría de la nada, sin rastro de alguna clivia. Recorrieron con precaución y calma, uno detrás del otro, hasta encontrar la puerta del departamento donde el único mordido decidió permanecer. Abren la puerta con facilidad, no está bloqueada y se adentran cerrándola detrás de ellos, reflejando unos cuantos pasos en el espejo roto esparcido en el suelo.

Jimin tiene entre sus dedos uno de los cuchillos ya contaminados con lo sesos de las bestias, mientras que el azabache en su espalda aferraba su fuerza al arma improvisada, un afilado palo de madera con punta temeraria. La mayoría de sus ataques se basarían en la mayor distancia posible entre su salud y las bocas de los seres con hambre. 

⸺¿Señor Taegeon? ¿Está por aquí?

La pose de guardia del rubio le permitió moverse por la casa, descubriendo la desordenada sala de estar, mientras que Jungkook le miraba por detrás. Se preguntó sobre la gente que habría vivido en ese lugar y ahora no estaba más, tal vez en algún momento Jimin podría hablarle de eso. De las fotos en marcos, los cristales rotos, muebles desacomodados, algunas cosas varias que causaron curiosidad.

Caminaron uno detrás del otro, sabe de la intención que tiene el detective de hablar de nuevo al escuchar como se abre su boca en ese silencioso entorno. Pero una voz trémula los envía hasta la habitación. La puerta está abierta, las cortinas tiene sangre, sigue los pasos del rubio hasta el costado de la cama. Contra el buro, se encontraba el hombre uniformado, sentado con los brazos a los lados, las piernas estiradas y su mirada somnolienta.

⸺¿Señor Taegeon? Soy Park Jimin, detective de homicidios ⸺en sus labios, Jungkook lo escuchaba como una grabadora. Palabras que no podían ir separadas. Su nombre debía seguir de aquella descripción. Admitía que daba seguridad escuchar "detective" y experiencia, algo más que bailaba en cualquier estomago con lo ultimo. Si ese hombre sabía de muerte, entonces sabría más de la vida. 

Ve al rubio agacharse a la altura del hombre que asiente, lo evalúa durante dos segundos, dejando el acceso para que pudiera hacer su trabajo. 

⸺Señor, soy Jeon Jungkook, doctor del hospital central de cotedia. Voy a revisarlo.

Se coloca frente al conserje, dejando al detective a su espalda, comprueba los signos. Ve que la mordida la tiene en el antebrazo, la sangre escurre, creando un pequeño charco en la alfombra, ensucia las manos del doctor.

Lo veía con respiración trabajosa y lo cual lo atribuía al dolor. Al rededor de la mordida, las venas se saltaban y se creaba una parecida gangrena, pasa saliva estirando su mano a la frente del hombre, su tez se volvía azulada o casi grisácea al ser morena, pasando por la palidez. Sudaba, mojando su camiseta.

⸺¿Qué hace en el suelo, señor? ⸺pregunta el rubio despacio cuando Jungkook le confirma el evidente efecto del virus por los sonámbulos y se aventura a investigar al infectado, por más cruel que pareciera. Jungkook también hacia lo mismo al inspeccionarlo, pidiendo un permiso bajo de abrir su camisa. No toma el botiquín que el rubio había traído, solo para observar el desarrollo de la mordida.

⸺Cuando me enfermaba, mi esposa me hacia recostar en la cama. Me sentía mucho mejor en un lugar cómodo ⸺escucha explicar al hombre, lo ven sonreír débil, nostálgico al recuerdo que estaría haciendo en su cabeza ⸺. Pero iba a ensuciar todo, sería un desperdicio.

Jungkook ve a Jimin moverse, le ayuda a levantar al conserje y ambos lo suben a la cama a pesar de las quejas del señor. Lo acomodan con el brazo extendido al doctor, quien comenzaría a curarle. Siente la pena en ese momento, sin medicamentos fuertes para hacerle el dolor aún lado. Al menos era consciente del desarrollo de la mordida.

Deadpoint | jikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora