O1

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Otra vez estaba ahí, sobre las sabanas en las que cometía un pecado que lo llenaba de culpa, pero le hacía sentir algo, al menos algo de lo que ya no tenía. Estaba ahí, recibiendo a alguien entre sus piernas mientras gemía y sudaba, donde en la oscuridad de sus párpados veía el rostro de la persona que más amaba y odiaba a la vez.

Su esposo.

Era el tipo de victima que no soportaba la monotonía, una bomba que hacia tick tack juntando su letalidad hasta estallar y si no lo sacaba poco a poco, entonces cometía grandes errores. Como éste.

Éste que no podía evitar ya, que la primera vez lo lamentó, la segunda lo lamentó aún más y a la tercera sentía que ya lo merecía, cuando perdió la cuenta, dejó de pensar en la traición que cometía y comenzó a verlo como algo que debía tener, una especie de premio.

Todo comenzó después de una pelea con su marido, habían tenido tantas que simplemente no pudo soportarlo más, saliendo hecho furia de su apartamento condujo hasta algún bar y bebió sin más, perdiéndose en el mar de su dolor, olvidando aquel con alcohol y ese lindo sujeto que se acercó a él con las intenciones ocultas abajo de halagos fue la solución momentánea al vacío dentro de si.

Se sentó en la cama, tocando el suelo frió con la planta de sus pies, el cigarrillo en sus labios creando un camino de humo hacia el cielo, lugar al que estaba seguro no iría al morir. Agachándose para tomar su bóxer, restó importancia a la ceniza cayendo al suelo de madera. El hombre a su lado se movió para alcanzarle, pero el otro se levantó a tiempo.

─No me molesta si te quedas un poco más.

─No es opción, Calvin. Lo sabes.

─ ¿Tu esposo no llegará en unas tres horas más?

El azabache recogió sus pantalones, adrentrándose en ellos, tomando sus calcetines y poniéndoselos al mismo tiempo en que el otro tomaba el control para encender la pantalla plana.

─Hoy no ─respondió, poniéndose los zapatos ─. Saldrá temprano, lleva tiempo pidiendo ese descanso y me invitó a comer. Además, tengo una operación justo antes de verlo.

Calvin asintió, dejando de cambiar el canal para mirar al azabache. En el fondo se escuchaba la voz de la presentadora de noticias, pero el azabache seguía buscando arreglar su aspecto.

"Un nuevo incidente a ocurrido, el hospital Minsoo ha sido puesto en cuarentena. Aún no tenemos detalles, pero parece ser un virus que se propaga. Tenemos entendido que las autoridades lo están tratando. Puede ser posible que nos indiquen permanecer en cuarentena absoluta para evitar se propague. Sin embargo, manténgase al tanto y lejos de cualquiera que tenga los siguientes síntomas: fiebre alta, palidez, pérdida de memoria, alucinaciones, quejidos, ojos incoloros..."

─Hey ─llamó Calvin ─, ¿en serio vas a salir a comer con él?

─Es mi esposo, Calvin. Tengo que actuar como el buen esposo que se supone soy, al menos hasta que decida qué hacer.

─ ¿Decidir?, ¿decidir qué?, ¿entre él y yo?

─No. Entre él y yo ─tomó su bolso para colgarlo en su hombro ─. Adiós.

─Jeongguk ─Calvin llamó.

Pero el azabache salió por la puerta sin nada más que decir, con su cabeza revuelta en pensamientos llenos de angustia.

Y es que todo estaba mal.

Hace bastante tiempo que su esposo y él estaban mal. 

Se habían casado muy jóvenes, cuando tenían presente la idea de que podrían contra todo, que su amor era lo que los mantendría juntos, que de eso vivirían. 

Deadpoint | jikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora