Capítulo 19

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No sé cuándo sucedió, pero me quede dormida, el viaje había sido cansado, me levante de la cama y note que ya era de noche, muy posiblemente Liam se encontraba con la soprano, Eleonor Sherman, no sabía que el barón Sherman había tenido una hija y mucho menos que se dedicara a la ópera, sin darle más importancia me enfoque en mis ordenar mis pertenencias, con mis pertenencia ya ordenadas pude ver que había una puerta en mi habitación, la abrí y estaba conectada a otra habitación, me adentre a la habitación oscura.

-Parece que ya decidiste salir de esa habitación. – Una voz dijo detrás de mí, me sorprendí tanto que me resbalé solo para caer en la cama y con el dueño de la voz justo encima mío.

Por un momento, pude observar esos ojos grises en la oscuridad, se veían hermosos, después mi mirada bajo a sus labios, sin darme cuenta mi mano se movió por cuenta propia y ahora mis dedos estaban rosando su labio inferior, me preguntaba si podría volver a besar esos labios, pero no habría otra oportunidad sus labios le pertenecían a ella y yo no era más que una esposa de mentira, lo empuje para que se moviera y me levante.

-Lo siento, Adeline no era mi intención caer encima de ti, quería ayudarte a que no te cayeras, pero yo también perdí el equilibrio y...

- No tiene por qué preocuparse mi lord, entiendo que solo intento ayudarme.

- ¿Mi lord?, pensé que habíamos pasado de esa etapa Adeline.

- Creo que deberíamos de mantener distancia mi lord, esto no es más que un acuerdo entre los dos, si nos acercamos más de lo necesaria, sentimientos pueden producirse, sentimiento que no queremos en esta relación, y mucho menos que se interpongan entre usted y la mujer...la mujer a la que ama. – aunque sentimientos ya se habían creado por lo menos de mi parte, debía de mantener distancia para poder olvidarme de ellos, así como lo hice con Adam, me enfocaría en ser una buena duquesa y condesa, para olvidarme de todo.

Se acerco a mí, levante mi mirada y había enojo en sus ojos, pero ¿Por qué se había enojado, no debería de ser yo la persona que debería estar enojada?

- ¿Cómo piensas que podemos aparentar ser esposos, si mantenemos distancia, dime Adeline?

- En esta sociedad es muy común que los esposos no se casen por amor mi lord, simplemente tenemos que vivir en la misma casa y aparentar ser felices cuando asistamos algún evento junto, por dios, ni siquiera tenemos que estar cerca del otro, así tendrá más tiempo de estar con ella, ¿no debería de estar feliz? – si quería enojarse le daría razones para que de verdad se enojara, quería pelea, pues daría mi mejor función.

- Por que debería de estar feliz, de que mujer estás hablando. – se llevó una mano a su pelo, de verdad pensaba que era tan tonta.

- De verdad, piensa mi lord que soy tonta, esa mujer la que se presentó hoy, esa tal Eleonor es la mujer que usted ama, además ese era el propósito de este matrimonio desde el principio, esconder a esa mujer entre nosotros, ¿no es así?, solo le diré una cosa mi lord, sea lo que sea que haga con esa mujer no utilice el único lugar que compartimos.

Hubo silencio por un tiempo, ese tiempo medio la oportunidad de pensar lo que había dicho, él me había confiado el secreto de que su padre había llevado a mujeres a la casa a donde ella vivía, prácticamente había dicho que era igual que su padre.

-No quise decir eso mi lord, yo enserio...

- déjeme dejarle algo en claro señorita Adeline, yo no soy como mi padre, durante el tiempo en el que usted y yo estemos casados, no estaré con alguien más que con usted, yo no soy como mi padre que llevaba y traía mujeres en frente de mi madre.

Se acerco aún más a mí, toco mis labios con sus dedos y susurro.

-Detesto que me comparen Adeline, ahora mismo estoy tan enojado que mordería ese labio tuyo, solo para que notes mi enojo, ten eso en cuenta.

Me puse como tomate, era la primera vez en mi vida que había escuchado que alguien mordería el labio de otra persona.

-Usted es un pervertido.

- Soy mucho más que eso Adeline, por eso deberías de tener cuidado. – volvió a tocar mi labio con sus manos, sus ojos enfocados en ellos, golpee su mano para que me soltara, y me dispuse a irme, pero me detuve porque tenía que agregar algo, me voltee a verlo y me acerque solo un poco.

- Necesito que me des la llave.

- ¿Que llave?

- la de la puerta que conecta a mi cuarto esa llave, necesito que me la des.

- No entrare en tu cuarto Adeline

- Deme la llave

Suspiro y se dirigió a un cajón que tenía cerca de su cama, saco la llave y me la entrego.

-Aquí esta, ¿Feliz?

Afirmé con mi cabeza y me dirigí a la puerta cuando estaba por cerrarla dije.

-Tal vez debería de hacerlo enojar más para que muerdas mi labio. – y cerré la puerta sin tan siquiera esperar respuesta, me recosté en la cama y decidí dormir, ignorando como mi corazón iba a mil por horas.

 – y cerré la puerta sin tan siquiera esperar respuesta, me recosté en la cama y decidí dormir, ignorando como mi corazón iba a mil por horas

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Me levanté la mañana siguiente, por el sonido de alguien tocando mi puerta, abrí sin pensarlo debido a la costumbre.

-Pareces que tuviste un buen sueño después de decir cosas sin sentido, Adeline. – Cuando levante mi mirada estaba Liam, cerré la puerta por el sobresalto, me mire en el espejo cercano y arregle lo mas posible mi cabello, para abrir la puerta de nuevo.

- Buenos días a ti también, Adeline que gran recibimiento.

- Así, buenos días mi lord, ¿Cuál es el motivo de su tan repentina visita? – dije devolviéndole su comentario irónico.

- Una sirvienta te estará ayudando a arreglarte, mientras tu sirvienta llega al ducado, visitaremos el condado de Arlington en unos minutos, esta a dos horas de aquí, así que nos tomara tiempo.

- Espera, ¿me acompañaras al condado?

- Adeline, somos recién casados, debemos de estar juntos en cada momento, no tuvimos una luna de miel, por lo que si fuéramos una pareja verdadera. – se acerco a mi y recogió un pelo rebelde para ponerlo detrás de mi oreja. – deberíamos de estar cumpliendo con nuestros deberes matrimoniales, mucho de hecho.

Me quede viendo el suelo para intentar ocultar mi sonrojo, aleje su mano para que no tocara más mi cara.

-Mi querida esposa, tienta a su esposo, pero después se sonroja solo con la idea de cumplir con sus deberes matrimoniales, mi querida Adeline, eres muy inocente.

- A qué hora iríamos al condado. – intente cambiar de tema. – además, no crees que deberías de mandarme a la sirvienta para que pueda arreglarme y desayunar.

- Esta bien, nos vemos en un rato, esposa. – agarro mi mano y la beso para después retirarse.

Ahora mismo lo que quería hacer era hundirme en un hoyo en lo más profundo de la tierra, tenía que pensar más en lo que decía, tenía que mantener distancia, Liam sacaba un lado de mí que nadie conocía, ni siquiera yo misma...

El Amor de la CondesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora