Adeline la dulce y única hija mujer del conde Krueger, enfrenta una vez más otra temporada en la sociedad, hasta ahora han sido 4 temporadas en las cuales no se ha podido comprometer, pero no es porque le faltan proposiciones, es más hasta le sobran...
Pasaron varios días después de la cena y mientras pensaba en alguna escapatoria para el matrimonio "obligado" que mi padre me propuso, pero no encontré ninguna, había tenido varias proposiciones en las temporadas pasadas, incluso hubo un pretendiente que dijo que la esperaría para siempre, lo cual fue mentira ya que en la temporada siguiente se casó con la hija de un conde, estaba angustiada y sin ganas de seguir pensando, me acordé del próximo baile de los duques de Beveridge esa era mi respuesta, mi gran escapatoria, me enfocaría en conseguir algún pretendiente y convencerlo para que se case conmigo, para después irme al campo y olvidar la presencia de él por completo, no quería hacer eso, mi idea de un matrimonio era completamente distinta pero esa era mi única opción para no casarme con Thomas, mi primo segundo.
Thomas era aburrido se la pasaba hablando de flores y plantas con conceptos que no entendía, además de eso es un mujeriego, machista y muchos más sustantivos negativos que se me ocurrían con solo pensar su nombre, entonces me pregunte si Liam asistiría al baile, él dejo de aparecer en cualquier evento de la sociedad después de que su padre le dejara los cargos del ducado, para no complicarse con las madres casamenteras y sus hijas, lo cual dejaba muy claro su idea ante el matrimonio, era normal que me entristeciera con solo pensar que no tenía ninguna oportunidad, aunque si la tuviera no lo pensaría dos veces, pero era más importante el condado de mi abuelo, mi corazón no tenía importancia en mi situación actual, con tantos pensamientos en mi cabeza caí rendida por el cansancio en mi cama.
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Algunos días después, me preparaba para el baile de los duques de Beveridge, cuando mi hermano Roberth toco la puerta.
- Addie, ¿estas lista?
- ¡Ah, Rob!, pasa adelante, ya casi estoy lista- Dije mientras veía como Lili ponía un último detalle en mi maquillaje.
- Te ves esplendida, hermanita- dijo Roberth con una visible cara de sorpresa
- Gracias, hoy Lili hizo un trabajo esplendido.
- Para nada mi señorita, lo único que hago es retocar su belleza natural – Dijo Lili con una gran sonrisa en su cara.
- Bueno, creo que es tiempo de irnos al baile, su mano mi señorita- Dijo Roberth con una sonrisa en su cara
- Muchas gracias milord, es usted muy amable- dije mientras intentaba ocultar mi risa, Roberth y yo siempre hacíamos eso cuando íbamos a un baile de la sociedad antes de que Roberth se casara, era una forma de enojar a nuestra madre, ya que ella nos decía que debíamos de ser correctos y disciplinados, y nosotros lo tomábamos muy enserio, aunque no fuera realmente en los eventos de la sociedad.
- Veo que no se te ha olvidado, realmente extrañaba a este Rob, casi no pasas a visitar desde que te mudaste al campo con Meredith, no es como que sea algo malo me alegra que te vaya bien con ella, pero deberías de pasarte de vez en cuando para tomar un poco de té, los dos juntos- dije con una sonrisa un poco triste
