Capítulo 22

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El ambiente se sentía tenso, Liam seguía detrás de mí, y la mirada de asombro de Eleonor, parecía ten real, que hasta a mí me causaba interés, si yo estuviera en la misma situación que ella, me sentiría de la misma manera, aunque claro yo no lucharía por un caballero que ya estuviera casado.

-Eso lo dices porque ella está enfrente, pero niégamelo, Liam, niégame que solo te casaste con ella para obtener tu herencia. – la sonrisa que tenía en su cara me causaba náuseas, no solo porque le parecía divertido ver el sufrimiento de alguien, sino porque lo estaba disfrutando la situación, si esto no fuera un matrimonio por conveniencia y fuera por amor, esas palabras me hubieran derrumbado, pero sabía que Liam tenía sus razones para casarse conmigo, así como yo también tenía las mías.

- No me case con Adeline por la herencia Eleonor, esa Herencia era mía desde antes de anunciar el compromiso, el problema de toda esta situación es que la persona con la que me casé no eres tú, ahora te pido que no molestes a mi esposa, y que no regreses a mi casa, no sé cómo entras y tampoco quiero saberlo, simplemente lárgate. – su tono era firme, la curiosidad de saber quién era la persona que tanto amaba me intrigaba.

- Lo lamentaras Liam, ella no es una persona como nosotros veras que ella nunca te entenderá. – me quedo viendo por última vez y se marchó, me gire hacia Liam, nos quedamos viendo, miles de preguntas pasaban por mi mente, pero estas preguntas se resolverían otro día, ahora estaba cansada.

- no necesito explicaciones de lo que sucedió hace unos instantes, ahora solo quiero descansar, puedes explicármelo mañana. – sin esperar respuesta me dirigí hacia mi alcoba, me acosté en la cama, intente poner mi mente en blanco, no debía de sobre pensar las cosas, él no era mi esposo verdadero, además estaba enamorado de otra dama, pero ¿quién era esa misteriosa mujer?, no podía ser Eleonor, no con lo que paso hoy, pero esa mirada en la ópera, talvez no iba dirigía a Eleonor sino a otra dama, mi cabeza era un nudo de preguntas, al final me decidí a preguntarle todo lo que me atormentaba a Liam, pero ahora lo importante era descansar.

 – sin esperar respuesta me dirigí hacia mi alcoba, me acosté en la cama, intente poner mi mente en blanco, no debía de sobre pensar las cosas, él no era mi esposo verdadero, además estaba enamorado de otra dama, pero ¿quién era esa misteriosa muj...

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Me desperté temprano, me aliste de manera rápida para tomar el desayuno, cuando baje Liam se encontraba tomando el desayuno, aunque en ese instante se encontraba leyendo el periódico, me acerque a la mesa y lo salude cordialmente, los sirvientes ayudaron a servirme el desayuno, tome un poco de té, primero debía de iniciar con una conversación para poder llegar a la cereza del pastel.

-Parece ser un buen día hoy, ¿no es así Liam? – la conversación debía de empezar con un tema agradable, para después empezar con lo que debo de conseguir, tal como me lo enseño mi padre, por eso es por lo que él decía que era una buena negociadora.

- Eso parece, ¿deseas ir hoy al campo de lavandas a tomar el té? – no era lo que estaba buscando, pero era exactamente lo que necesitaba, podría hacerle las preguntas que quisiera, mientras estábamos solos.

- De hecho, me parece estupendo, yo tengo algo que preguntarte, podemos hablar tranquilamente ahí. – Liam afirmo con su cabeza, termino de tomar su café y se dirigió a su oficina.

El Amor de la CondesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora