𝘁𝗿𝗲𝗰𝗲 - 𝗁𝖾𝗋𝗂𝖽𝖺

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Bella fue llevada al hospital de Phoenix, Alice creo una buena coartada diciendo que se cayó de las escaleras de un hotel y atravesó el cristal

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Bella fue llevada al hospital de Phoenix, Alice creo una buena coartada diciendo que se cayó de las escaleras de un hotel y atravesó el cristal. ¿Cómo? Resulta ser que, cuando Charlie se fue a trabajar yo de alguna manera convencí a Edward y su padre de llevarme a Phoenix, ahí intenté hacer que Bella regresara a casa (Forks), pero ella tropezó en el hotel donde estábamos, cayó por las escaleras, rodó y atravesó un vidrio, eso le causó las heridas cortopunzantes, y la pierna quebrada fue por la caída del segundo piso.

Ahora en Phoenix estoy junto a Edward, Carlisle, Jasper y Alice. Mientras que Emmett y Rosalie regresaron a Forks. Carlisle llamó a Charlie y le contó la versión que todos aprendimos, Charlie informó a Renée y ahora ambos venían viajando al hospital. Bella tenía su habitación, ya que se había quebrado la pierna necesitaba cuidados. Yo como el único familiar presente, me permitieron entrar a la habitación y esperar a que despertara, por supuesto Edward ingresó junto a mí, estuvimos tomados de la mano, en silencio mientras aún recordaba hora tras hora, minuto tras minuto, todo lo sucedido con Bella, ella estando en el suelo del salón de Ballet, Carlisle bebiendo el veneno, su pulso estable.

Y el alivio que sentí de verla humana e intacta.

—Recordar eso, sólo te lastimara más —me dice Edward, pestañeo un par de veces, veo a Edward y este se ve reluciente. Es verdad, él no duerme.

—Soy frágil, me quebré al verla así y ahora sólo soy fragmentos de mí misma —le digo, él pasa su mano sobre mi cabello y besa mi sien, puedo sentir que inhala y deseo que mi aroma aún le parezca delicioso, aunque sea un suicidio eso. Renée llegó, lloraba demasiado, apenas notó mi presencia, hasta que Edward habló. Le acercó una silla para que se sentara, Renée entonces lo miró casi embobada.

—Mamá, Bella está estable, sólo necesita descansar —digo, Renée me miró unos segundos y después volvió a ver a Bella, le acariciaba el rostro y ordenaba el cabello detrás de las orejas.

—Mi pequeña, que alegría que estés mejor —le decía, Renée se sentó en la silla junto a la camilla y tomaba la mano de Bella, sentí una sensación extraña en el pecho, pero no quise que Edward lo notara.

No me sentía feliz por esta sensación.

—Voy por un café ¿quieres uno? —le pregunto a Renée, ella niega y cuando voy a salir habla.

—Espera —me detuve, la miré y vi que su mirar iba dirigido a Edward, quien me iba a seguir—. Tú puedes quedarte —fruncí el entrecejo, lo miré y entonces asentí, él se acercó un poco a la camilla y vio de frente a Renée.

—Bien, voy y vuelvo —digo, salgo por los pasillos y al bajar la escalera Alice me observa—. Hola —digo, ella me ofrece una cámara con audífonos y un papel en el cual dice: "ve esto, alejada de Edward". Asentí y se fue, seguí bajando hasta la cafetería, eran las once de la noche, así que había muy pocas personas, pedí un vaso de café y salí al jardín, siempre hay bancos ahí. Bebí el café, entonces veo la cámara, conecto los audífonos. Me los puse y empecé a reproducir el video. Ya entendí por qué Alice me dijo que no lo viese con Edward.

𝐒𝐎𝐋𝐒𝐓𝐈𝐂𝐈𝐎 𝐃𝐄 𝐈𝐍𝐕𝐈𝐄𝐑𝐍𝐎 - Parte unoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora