𝐒𝐎𝐋𝐒𝐓𝐈𝐂𝐈𝐎 𝐃𝐄 𝐈𝐍𝐕𝐈𝐄𝐑𝐍𝐎 - Parte uno

𝗱𝗶𝗲𝗰𝗶𝗼𝗰𝗵𝗼 - 𝗇𝗈 𝗆𝖾 𝖽𝖾𝗃𝖾𝗌

—Te tomaré la palabra —le dije a Charlie, él me da unas palmaditas en la cabeza y se va, veo a Bella que va a tomar las llaves de la camioneta, me adelanto y las tomo por ella, sonrío—. Puede que no asista a clases, pero necesito la camioneta, así que te llevaré.

—¿Y cómo volveré? —me pregunta Bella, saco mi celular y le muestro la pantalla.

—Angela ayudará —Bella se queja, pero aun así me hizo caso, conduje hasta el instituto y dejé a Bella en el estacionamiento.

—No la fuerces —dice Bella al cerrar la puerta de la camioneta, sonreí en respuesta, sé que si algo le pasa a la camioneta mi cabeza rodará. Veo sobre mi hombro y retrocedo, al dar una vuelta busqué con la mirada el auto de Edward o el jeep de Emmett, pero no hay nada. Conduje sin rumbo mientras recordaba mis sueños y visiones, apreté el volante y suspiré al ver que había ingresado la Push, me estacioné fuera de la casa de Jacob, vi a Billy y cuando me bajé de la camioneta me acerqué a él, me sonríe.

—Creo que te adelantaste —me dice—, Jacob aun no sale del instituto.

—Sí, yo igual venía a relajarme, me gusta esta área, es —me detengo un instante a admirar el paisaje— pacífico.

—¿Problemas con los piel fría? —veo a Billy, asiento. Billy me invita a entrar a su casa, me sirve un poco de té y me mira.

—¿Sabes lo de Bella? —le pregunté, él negó.

—Creí en lo que tu padre me dijo, que Bella cayó por las escaleras y así se rompió la pierna, eso lo entendí, pero cuando fuimos a verla por su cumpleaños, aún tiene una marca en su muñeca.

—Oh, bueno, Bella me siguió a la montaña, iba con Edward —Billy me mira, es primera vez que cuento esto—, había tres vampiros ajenos a los Cullen, uno de ellos, James, sintió el aroma de Bella y su sangre le fascinó. En horas Bella había sido llevada a Phoenix para estar a salvo y yo había venido aquí con mi papá.

—Una buena elección, aquí es el lugar más seguro —dice.

—Supongo que lo sospechaste, por mi amenaza falsa y los neumáticos dañados.

—Sí, nada se me puede escapar —dice, río.

—Después tuve una sensación extraña, nunca nos habíamos separado tanto, Bella me hacía falta. Así que fui a Phoenix y la busqué, cuando la encontré estaba tirada en el piso, había vidrios rotos a su alrededor, tenía una herida en su pierna. Una arteria fue dañada, y estaba convulsionando, me miraba pidiéndome ayuda, así que me di cuenta de algo —mi mirada está perdida recordando aquella escena—, el veneno de ellos podría ser igual al de las víboras, y Carlisle era el único capaz de mantener tal control, así que la salvó de ser una piel fría.

—Fue una buena idea —dice Billy.

—Lo sé. Pero aún duele recordar aquello.

—Stella, salvaste a Bella de una vida llena de dolor —dice Billy, sin embargo, aún se ve que quiere decirme algo—. Sin embargo, aun no entiendo por qué estas con ellos.