𝐒𝐎𝐋𝐒𝐓𝐈𝐂𝐈𝐎 𝐃𝐄 𝐈𝐍𝐕𝐈𝐄𝐑𝐍𝐎 - Parte uno

𝘂𝗻𝗼 - 𝖿𝗈𝗋𝗄𝗌

Abro mis ojos y la luz grisácea del día se adentra por la ventana del auto, veo como el paisaje verdoso nos rodea, también logro ver un cartel "The City of FORKS, welcome". Frunzo el entrecejo al leerlo, todo lo que soñé se está cumpliendo. Desde pequeña siempre tuve sueños extraños, ya sea algo bueno o malo. Le conté en esos años a mi madre y me dijo que todos sueñan, le conté a mi padre y me decía que era normal presentir cosas, le conté a mi abuela y ella me dio las respuestas que necesitaba.

Hace años los Swan vivían en Forks, las mujeres siempre tenían "visiones" que se cumplían, mientras que los hombres poseían un "presentimiento" de actos futuros. En un inicio este don era revelado en el pueblo, muchos habitantes se acercaban para saber su futuro, qué hacer en ciertos casos y cuál es la mejor decisión. Sin embargo, en los sesenta o setenta dejaron de hacer público el don de la familia, dado que todo aquel que los revelaba era internado en hospitales psiquiátricos. Papá era el último Swan, como hombre no heredó nada más que los presentimientos, ninguna visión vívida. Mi abuela me aconsejó dos cosas: primero, nunca contarle a nadie lo que veo o sueño, aunque sea la peor tragedia o lo mejor del mundo, lo mejor es no hablar. Segundo, debía anotar todo lo que veía o soñaba, porque la mente es débil y tiende a cambiar los recuerdos. Cada vez que poseía una libreta con mis notas, me encargaba de ocultarla de todos, y cuando se cumplían todas las cosas que salían ahí, las quemaba. Ahora tengo una nueva libreta, está llena de sucesos, frases y datos que iba soñando el año pasado, ahora todos esos datos se están cumpliendo.

Charlie, mi padre conduce su patrulla por las calles de Forks, Bella mi melliza está en la parte del copiloto viendo todo a su alrededor. Venía antes a este pueblo, estuve aquí con Bella y yo disfrutaba mucho de la lluvia, aunque siempre me enfermaba debido al clima. Papá entonces era solo un oficial de policía, hoy es el jefe. Una sonrisa se asoma en mi rostro, recuerdo que de niña me encantaba decirles a los niños de mi clase: mi papá es policía, te voy a acusar con él.

Era mi frase favorita.

—Tu cabello está más largo —comenta Charlie al ver a Bella, los observo desde la parte de atrás del auto.

—Me lo corté desde la última vez que te vi —respondió Bella al ver su cabello.

—Oh, creció otra vez —respondió Charlie. Apreté mis labios lo más que pude, pero no soporté y me reí fuerte, Bella siempre ha sido alguien que le cuesta expresarse y Charlie también, se ve que ambos son idénticos—. Stella ¿Qué sucede? —me pregunta al verme por el retrovisor.

—Oh, nada, es solo que, a mí no me preguntaste por mi cabello —digo al sonreír y ladear un poco la cabeza. Charlie queda en trance durante unos instantes y después reacciona.

—Creció tu cabello.

—Sí ¡Gracias por darte cuenta papá! —digo emocionada y divertida, Charlie y Bella alzan un poco sus comisuras y puedo ver la sonrisa más amplia que ellos habrán hecho en su vida.