𝐒𝐎𝐋𝐒𝐓𝐈𝐂𝐈𝐎 𝐃𝐄 𝐈𝐍𝐕𝐈𝐄𝐑𝐍𝐎 - Parte uno

𝗱𝗼𝘀 - 𝗉𝗋𝗂𝗆𝖾𝗋 𝖽𝗂𝖺

—Stella, llegarás tarde —grita Charlie, abro mis ojos y veo como la luz grisácea se introduce por la ventana de la habitación, suspiro y mis cabellos se apartan de mi rostro, me levanto, ducho y visto unos jeans azules, una camiseta manga larga, y una chaqueta encima, no entiendo mucho el clima, es húmedo, hace frío, pero a la vez se siente el calor del sol, y el sol ni siquiera se asoma, solo está detrás de un gran techo de nubes.

—Buenos días —dice Charlie, tomo una tostada y tras echarle mantequilla me la como—. Yo ya me tengo que ir, que les vaya bien. Cualquier problema me llaman.

—Papá, está bien, buen viaje —le digo, él asiente y se va.

—Espero que sepas conducir bien esa cosa, siento que se desarmará si da una marcha —le digo a Bella, ella sonríe levemente y niega.

—No, es perfecta, sólo ten confianza —dice, sonrío y ambas tomamos nuestros bolsos, nos subimos a la camioneta y Bella conduce hasta el instituto de Forks. Al llegar y estacionarse nos bajamos y un chico frente a nosotras nos habla.

—Linda camioneta —dice, frunzo el entrecejo al escucharlo.

—Gracias —dice Bella.

—Idiota —le digo, todos los presentes que me escucharon se quedan en silencio y sorprendidos, me acerco a Bella y la jalo del brazo para irnos.

—¿Por qué dijiste eso? Él solo dijo que la camioneta es linda —me pregunta Bella tras fruncir el entrecejo, la solté y ella camina a mi lado.

—Porque claramente se está burlando, y eso me molesta, además, yo sólo dije un insulto, nadie lo sabrá —digo fingiendo inocencia, lo admito, de vez en cuando tengo ciertos ataques de ira, pero nada físico. Llegamos a la sala de orientación, ahí una señora nos observa un instante, pero después sigue en lo suyo, veo a Bella dudosa de hablar, así que me adelanto.

—Hola, somos las nuevas, Isabella y Venecia Swan, necesitamos el horario por favor —digo al sonreír, cualquiera pensaría que el insulto que dije antes fue un audio y yo no sería capaz decir aquello, pero nunca juzgues un libro por su portada. La señora me da dos hojas, no entiendo cual es cual así que a la suerte le entrego una a Bella, salimos de la sala y ambas estábamos concentradas en leer nuestro horario, ubicarnos en el instituto y adivinar dónde están nuestras salas.

—Ustedes son Isabella y Venecia Swan, las chicas nuevas —un chico de tez trigueña, ojos rasgados y cabello largo hasta la barbilla llegó de repente por detrás, su voz me asustó y tuve la necesidad de golpearlo por asustarme, pero en vez de eso él seguía hablando —. Soy Eric, los ojos y oídos de este lugar. Lo que necesiten, guía turístico, compañero, confidente.

—¿Dónde está el gimnasio? —le pregunté al fin, mientras Bella intentaba hablar, él sonrió.

—Claro, está al fondo a la derecha, ahí verás una doble puerta celeste, esa es—me dice.

—Gracias y otra cosa, me gusta que me llamen Stella —digo, él asiente y sonríe.

—Lo anotaré para el reportaje. Soy reportero y ustedes estarán en mi primera plana —pude ver el rostro de sufrimiento interno de Bella.

—No, por favor, no vayas a hacer eso —le pide Bella.

—No, no, tranquila. No habrá artículo —sonrío al ver a Eric, resulta ser bueno.

—Bella, tengo clases en el gimnasio, te veré después —ella asiente y me despido de ambos, voy hasta el final del pasillo y giro a la derecha, veo las puertas celestes e ingreso.

En la clase el profesor dividió a las mujeres de los hombres, las mujeres jugarían vóleibol y los hombres básquetbol. Sé sólo la regla básica, pegarle a la pelota con el antebrazo o las yemas de los dedos, y ya. Mi problema vino cuando estando ya cambiada de ropa y en la cancha jugando, mis golpes hacían a la pelota desviarse, fue tanto que en una ocasión le pegué fuerte y terminé golpeando la cabeza de alguien, me acerqué rápido donde el chico y cuando se giró pude ver a alguien rubio, ojos azules, era atractivo.

—Lo siento, creo que aún no sé sacar—digo, él sonríe al verme.

—No, no es nada, enserio —dice, siento que está algo shockeado porque no aparta su vista de mis ojos— ¿Tu eres Isabella? —sonrío y niego con la cabeza.

—No, ella es mi hermana, yo soy Venecia, pero prefiero ser llamada Stella —sin darme cuenta estiré la mano y terminé saludándolo.

—Sí, hola, soy Mike Newton —dice, suelto su mano cuando a mi lado llega una chica.

—Remata muy bien ¿no? —dice la chica al sonreír, Mike se ríe igual y soba su cabeza— Soy Jessica. Tu eres de Arizona ¿no? —Asiento al oírla, se notaba que Jessica sólo intentaba llamar la atención de Mike— ¿No se supone que la gente de Arizona está bronceada?

—Oh, bueno es que me muero si me expongo al sol, y por ello mejor decidí venir aquí —ellos me quedan mirando unos instantes y sonrío—. Es broma —ríen ahora, Mike para simpatizar y Jessica por compromiso supongo. Termina la hora de gimnasia y me cambio de ropa, por suerte no sudé nada ¿A quién se le ocurre hacer gimnasia a primera hora del día? Las otras clases siguieron y cuando llegó la hora del almuerzo Mike junto a Jessica (quien venía detrás), se acercaron a mí, me invitaron al comedor.

—Stella, por aquí —dice Mike, tomé la comida que iba a almorzar y Mike me llevó a una mesa, en ella vi a Eric sentado hablando con Bella, le hice un gesto de saludo a ella cuando me senté, Mike y Jessica entonces conocieron a Bella.

—Mike, te presento a mi muchacha, Bella —sonríe Eric, frunzo el entrecejo.

—¿Tu muchacha? —sonríe Mike, pero sin gracia, en un instante un chico llegó (el mismo chico que insulté en la mañana), pero besó a Bella en la mejilla diciendo "mi chica", después quitó la silla de Mike y corrió. Mike se levantó y salió detrás del chico, yo sólo acomodé la silla que era de Mike y me senté junto a Bella.

—Te dije que el insulto no es tan malo —le comenté.

—Oh, Tyler —sonrío Eric al ver todo el acto.

—No puede ser, estamos reviviendo el primer grado. Eres el juguete nuevo —dice Jessica ¿en qué mundo eso suena bien? Iba a decirle algo cuando apareció otra chica y nos sacó una fotografía a Bella y a mí, el flash me encandilo y pestañee varias veces.

—Lo siento, es para el artículo —dice la chica con la cámara.

—No hay reportaje Angela, no vuelvas a hacerlo —dice Eric al levantarse, entonces toca levemente el hombro de Bella—. Tienes mi apoyo, bebé. —Eric se va y yo hago una mueca, siento que todos aquí están algo pasados en el sentido de cordura. Comienzo a comer mientras Angela, Jessica y Bella hablan, no quiero meterme en su conversación, sólo quiero que acabe luego el día.

—¿Quiénes son? —pregunta Bella, levanto la mirada y me giro para ver de quienes hablan.

—Los Cullen.