𝗰𝗶𝗻𝗰𝗼 - 𝗌𝖾́ 𝗅𝖺 𝗏𝖾𝗋𝖽𝖺𝖽

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Esperé que me arrancara la cabeza por su expresión, quizás me imaginé un golpe para hacerme desmayar y decir que sufrí un derrame o algo, pero solo me observó, no entendía por qué

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Esperé que me arrancara la cabeza por su expresión, quizás me imaginé un golpe para hacerme desmayar y decir que sufrí un derrame o algo, pero solo me observó, no entendía por qué.

—¿Desde cuándo lo sabes? —me pregunta, su rostro ya no mostraba ira como antes.

—Desde antes de llegar aquí, antes de conocerte —le digo, su mirada parecía algo perdida, pero aún puesta en mí.

Ah, claro, lee mi mente.

—Eres como Alice —dice.

—¿Cómo?

—Ves el futuro —responde, ahora la que se quedó quieta fui yo. Perdón abuela, el chico que lee mentes me descubrió— ¿Lo sabías? —me pregunta, pestañeé un par de veces y asentí.

—Sí, es heredado, mi abuela me enseñó que es "normal" ver ciertas cosas antes de que sucedan.

—¿Por eso cantabas "dos elefantes se columpiaban"? —vi una sonrisa de su parte mientras yo hacía una mueca.

—Sí, quería evitar que leyeras mi mente —jugué con mis manos al sentirme nerviosa.

—Entonces si siempre lo supiste ¿no tienes miedo? —da un paso y se acerca más a mí, su rostro queda a centímetros del mío, sus ojos negros quizás sí me daban miedo, pero ahora que los tiene dorados, no puedo temer.

—No, digamos que más que tener miedo a lo que eres, siento una leve sensación de que ahora soy peor que el cristal, más frágil —digo al desviar un poco la mirada.

—Stella —me giro y veo a Bella acercarse a mí, ella me abraza y correspondo— ¿Qué te dijo el médico? —me preguntó, miré a Edward, pero él ya se había ido.

—No, dijo que estoy bien, y prácticamente es un milagro —le digo, ambas nos reunimos con Charlie para irnos a casa.

No sé qué hora de la noche era, pero estaba releyendo una y otra vez mis apuntes, las notas de lo que recuerdo de mis sueños. No vi el accidente de la camioneta, ni la conversación en el hospital, no recuerdo interactuar con Edward, más bien recordaba a Bella ocupar mi lugar.

—El futuro cambia —suspiré, apagué la luz y me acomodé en mi cama, cerré los ojos y simplemente deseé descansar de todo.





—¿Cuánto dormiste anoche? —me pregunta Bella, sonrió algo aturdida a su pregunta.

—Poco, creo que sí quedé con algo de estrés —le digo, ella suspira y Mike se acerca a nosotras.

—Hola, Bella ¿puedo hablar contigo? —pregunta Mike, asiento y comienzo a caminar hasta los buses escolares, se supone que hoy iremos a ver un invernadero, las clases de biología se juntaron así que hay más de dos autobuses.

—Stella —me giro al escuchar mi nombre, veo a Edward.

—Hola —le digo, me acerco un poco y veo ahora a Alice y Jasper.

—Edward me contó lo que hablaron ayer —dice Alice al acercarse a mí y sonreír, veo a Edward y pienso: Chismoso.

—No le conté nada, ella lo vio —dice Edward al verme, sonrío al darme cuenta de que leyó mi mente.

—¿Qué es lo que ves? —me pregunta Alice.

—Am, no lo sé, son como sueños vívidos, imágenes y a veces voces, por supuesto el futuro cambia —digo al verla—, pero ustedes no, son tal cual los vi —Alice sonríe y asiente.

—En verdad es increíble, no creí conocer uno humano —dice ella, Edward hace una mueca y entonces el profesor nos llama para subir a los buses, sonrío a los tres y me subo a un bus, sin embargo, no noté que junto a mí se sentó Edward.

—¿Más interrogatorio? —le pregunté, él negó.

—No, solo... Hay que ir con nuestro compañero de Biología —asentí al oírlo, no me quejé cuando noté que nadie iba con su compañero de Biología, simplemente agradecí internamente su compañía. Sentí nuestros brazos se tocarse, era frío, tal cual lo recuerdo en el día del accidente, pero no me molestaba, más bien me hacía sentir nerviosa, en un buen sentido.

—No sonrías así —digo al ver de reojo a Edward sonriendo, supe que leyó mi mente, así que desvíe mi mirar a la ventana, sentía mis mejillas enrojecer, me oculté en mi cabello. Él se distanció un poco y se puso rígido, no debí sonrojarme, quizás fue tentar mucho al destino. El día paso más rápido de lo que creí, y a final Edward y yo solo terminamos acompañándonos en silencio, había momentos en los que hablábamos sobre un tema de Biología, pero nada más, al menos yo no quería mencionar nada respecto a mis "visiones".

Llegué a casa y Bella se veía algo frustrada— ¿Qué sucedió? —le pregunté, ella dejó su mochila y abrigo en una silla, pero estos cayeron al piso, solo lo miro algo irritada.

—Mike me invitó al baile —me dice cuando saca un vaso y se sirve agua.

—¿Lo rechazaste? —le pregunto, ella niega.

—No, sentí que no podía, pero tampoco acepté —me mira— le dije que posiblemente iremos a Jacksonville para esa fecha, así que debes de ayudarme.

—Oh, vale, entonces nos iremos a Jacksonville en esa fecha.

—Sí —dice Bella al tomar su mochila del suelo y llevársela a su habitación.

—¿Qué le sucede a Bella? —pregunta Charlie al entrar a la cocina.

—Problemas de adolescentes, se ve que ella sólo quiere pasar de los diez a los treinta en segundos —digo al ver a Charlie, este arquea una ceja y abre la nevera—¿Tu día? —le pregunto.

—Mal, mataron a un hombre, se cree que fue una bestia por sus heridas —Charlie saca una cerveza en lata.

—Entonces debo ir acompañada en todo momento —digo al verlo.

—Sí, de hecho, hija, quiero que en verdad tengas cuidado, pudo haber un milagro gracias a la camioneta, pero la mente humana es perturbadora.

—Papá, tranquilo, de la casa al instituto y vuelta, además, conoces mi ruta, así que estaré bien —digo al abrazarlo, él corresponde y noto la preocupación, conozco a esos animales salvajes, los vi, son una gran amenaza a los habitantes de Forks, pero si saben que los Cullen están aquí, posiblemente se vayan lejos. 

𝐒𝐎𝐋𝐒𝐓𝐈𝐂𝐈𝐎 𝐃𝐄 𝐈𝐍𝐕𝐈𝐄𝐑𝐍𝐎 - Parte unoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora