𝗱𝗶𝗲𝗰𝗶𝘀𝗲𝗶𝘀 - 𝖿𝖾𝗅𝗂𝖼𝗂𝖽𝖺𝖽𝖾𝗌

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Al salir del instituto Alice me alcanzó de inmediato, me dijo que todo estaba listo incluyendo mis zapatos y adornos, así que solo tenía que ir a su casa a cambiarme, miré a Edward y logró decirme—: Nos vemos en casa

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Al salir del instituto Alice me alcanzó de inmediato, me dijo que todo estaba listo incluyendo mis zapatos y adornos, así que solo tenía que ir a su casa a cambiarme, miré a Edward y logró decirme—: Nos vemos en casa.

Conduje la camioneta hasta mi casa, dejé a Bella ahí y pude ver a Jacob dentro de la casa junto con Billy, le expliqué a Charlie lo que Alice había preparado para mí y me dejó ir, lo bueno de que Bella sea la favorita. Vi los ojos de rechazo de Billy cuando me iba, aun así, me llevé la camioneta y conduje hasta la casa de los Cullen, al bajar Alice tomó el regalo que me había dado y me guio hasta una habitación, se veía hermosa. Me dio unos tacones negros, unos brazaletes de plata y aretes, después se fue casi dando saltitos. Abrí la caja y vi el vestido que había dentro, era verde oscuro y algo opaco, pero no feo, tenía cierto brillo por la seda y un cinturón negro. Me cambié y decidí mantener mi cabello suelto, salí de la habitación, pero no vi a nadie, así que seguí caminando.

—¿Estás perdida? —me giré al oír a Edward, tenía un traje gris oscuro con una camisa azul marino, me acerqué a tocar el cuello de la camisa y sentir su textura— ¿te gusta? —me sonríe.

—Sí, tanto que, si viene el cura, diré acepto —su risa es linda, no puedo evitar besarlo.

—¿Así que sólo necesito vestir así para casarnos? —arquea sus cejas.

—Oh, amor, tengo un fetiche con los hombres de traje, y tú en este traje, es un sueño —Edward me abraza.

—Vas a tener que perdonarme —me alejó un poco para que lo vea—, pero no podré detenerla.

—¡Ya es hora! —dice Alice al llegar donde nosotros, me toma de la mano y me jala con gran emoción. La sigo hasta llegar a una sala, es hermosa y bien decorada, hay varias flores junto con velas que decoran los alrededores, el olor es suave y se siente bien. Alice sigue avanzando y yo con ella, veo primero a Esme y Carlisle. Rosalie, Emmett y Jasper están un poco más atrás.

—Lamento todo esto —dice Carlisle— tratamos de controlarla.

—Como si fuera posible —Esme me abraza—. Feliz cumpleaños

—Gracias —digo al sonreír, nos separamos y un flash me encandila, veo a Alice con una cámara muy familiar en manos.

—La encontré en tu bolso ¿Te molesta? —me dice, parece una niña y se ve tierna.

—No, tengo un álbum que llenar, así que saca muchas fotos —le digo, ella sonríe y se ve nuevamente emocionada. Alice va a una mesa cercana y toma un regalo, se lo da a Rosalie.

—Tú primera, Rosalie —le dice, Rosalie toma el regalo y me lo ofrece, sonrió al tomarlo.

—Es un collar, Alice lo escogió —dice Rosalie. ¿Por qué envolverán los regalos si lo van a decir en voz alta? Sonrío y abro la caja, veo una cadena dorada y fina, y una figura de una estrella.

—Es hermoso, gracias —le digo a Rosalie, ella asiente. Alice aparece por mi costado junto a Edward, más bien lo está jalando, me río por lo bajo al verlo someterse a su hermana.

—¡Sonrían! —dice Alice, Edward me abraza de la cintura y observo la cámara, sonrío, pero el flash me sigue encandilando. Por suerte no salí con los ojos cerrados en la foto. Alice ahora vuelve a la mesa y me da otro regalar, sí que está emocionada, como niño abriendo regalos de navidad—. Este es de Emmett —siento que el regalo no tiene peso alguno, lo agito un poco y parece no haber nada, veo a Emmett.

—Ya está instalado en tu camioneta, al fin un sonido decente en ese montón de-

—Emmett, no acabes la frase —reímos. Edward me acaricia el brazo y Alice me quita la caja de las manos, me da un sobre pequeño con moño.

—Es de Esme y Carlisle —me dice Alice

—Algo para iluminar tu día —dice Carlisle.

—Es que te he visto algo pálida estos días —sonrío al oír a Esme, en ese momento pestañeo un par de veces, me vi abriendo el sobre, creando un corte fino en mis dedos, una gota de sangre y un arrepentimiento eterno. Veo a Edward y sonrió al ofrecerle el sobre.

—¿Me ayudas a abrirlo? —él está un instante quieto, pero reacciona y me abre el sobre, veo dos boletos para Phoenix; donde mamá vive—. Wow, gracias, será bueno verla —Edward se mantiene en silencio con un semblante serio, sé por qué, porque leyó mi mente y vio lo que sucedería si yo abría el sobre, vio a Jasper sediento de sangre, Edward empujándome, y también vio la herida que causaría. Todo aquello lo vio y se le ve tenso. Recibí otros dos regalos, de Carlisle y Jasper, pero cuando ya eran las ocho tuve que irme, Edward me acompañó y condujo la camioneta hasta estar fuera de mi casa, había demasiado silencio.

—Lo que viste, fue una simple visión. La fiesta fue hermosa y estoy bien. Así que deja de castigarte por algo que no pasó—digo, Edward niega con la cabeza.

—Alice no lo vio, tú lo viste, pero ¿y si no? —me mira—, sé qué has soñado anoche, y eso jamás lo permitiré — oh, se refiere al sueño de los ojos rojos. Edward se baja de la camioneta y llega a mi lado, abre la puerta y me ayuda a bajar—. No dejaré que arruines tu vida así.

—Fue un sueño, quizás un deseo reprimido o simplemente casualidad, no debes de tomártelo tan personal —digo al cerrar la puerta de la camioneta, Edward retrocede unos pasos y yo lo sigo.

—Es que, ¿no entiendes mis sentimientos hacia ti? —me dice.

—Me quieres, te quiero, me cuidas y te cuido, no como tú lo haces, pero siento que hago algo —digo—, Edward te preocupas por mí, lo entiendo, pero supongo que habrá cosas que no veré, o que puedan cambiarse, y de eso se trata este mundo, caminamos sin saber qué sucederá a una milla más de distancia.

—Debes entrar —me dice, mis palabras no lo calmarán.

—¿Así solamente? —Edward me ve— Despídete bien —digo, lo abrazo y siento que me corresponde, levanto un poco el rostro y sus labios se juntan con los míos—. Te amo.

—Te amo —dice, besa mi frente y en un parpadeo se pierde en la oscuridad, entro a la casa y dejo las llaves junto a la puerta, veo a Charlie sentado en la mesa leyendo unos papeles.

—¿Jacob y Billy? —le pregunto, veo varios platos y tazas recién lavados.

—Acaban de irse, no es buena idea conducir tan tarde ¿Tu fiesta?

—Buena, fue una agradable cena con los Cullen —digo.

—Stella —Charlie me detiene antes de seguir caminando.

—¿Sí? —le pregunto al verlo.

—Jacob trajo un regalo para ti, lo dejé en tu habitación —asentí—, agradécele después.

—¿Cuándo crees que venga?

—Viven en la Push, además de que tiene diecisiete, posiblemente cuando Billy quiera venir a ver un partido —Charlie me observa y sonrío.

—Vale, yo veré cuando verlo y agradecerle —digo—. Buenas noches —subo a mi habitación y veo el regalo sobre mi cama, me acerco a este y abro la caja. Es un brazalete de hilo, tiene un diseño hermoso, sonrió y lo pongo en mi mano izquierda. Saqué la cámara de mi bolso y tras prender mi laptop lo conecto con la cámara, veo las fotos que más me gustan y las imprimo, las voy pegando en el álbum con cinta y añado unas notas a su lado.

Pongo la foto que Alice nos sacó a Edward y a mí, entonces añado una nota abajo: "Sus ojos en el cielo alumbrarían tanto los caminos del aire, que hasta los pájaros cantarán ignorando la noche".

Firmado: Romeo.

𝐒𝐎𝐋𝐒𝐓𝐈𝐂𝐈𝐎 𝐃𝐄 𝐈𝐍𝐕𝐈𝐄𝐑𝐍𝐎 - Parte unoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora