Blair Vanderwood se muda a Londres para protagonizar una serie de televisión del momento y así vencer un trauma del pasado. Naturalmente escéptica al amor y con un corazón frágil; ella cree que su vida no puede ser mejor, pero la vida siempre es mej...
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—Qué lindo es vivir en Londres, esta ciudad es encantadora, ¿No te lo parece? —suspira Chandler.
Lo oigo desde la caminadora, donde troto sin descanso mientras él suspira por todas las personas guapas que hacen ejercicio a nuestro alrededor. Y digo todas porque Chandler es bisexual, así que disfruta la vista de mujeres y hombres haciendo ejercicio por igual. Ruedo los ojos y detengo la caminadora.
—Se supone que veníamos a hacer ejercicios juntos —me quejo.
—Sabes que tú eres la que hace los ejercicios y yo observo —dice despegando la mirada de un par de chicos que hacen glúteos y me mira sonriente—. Somos un equipo, como cuando yo cocino y tú solo estás ahí parloteando.
Le saco la lengua.
—Idiota, no vienes a observarme, vienes a babear por caras bonitas.
—Caras no tanto, culos si...
Lo empujo riendo, tomo mi toalla y seco mi rostro y parte de mi cuello. Es acogedor el gimnasio del hotel, al menos a mí me lo parece, hay muchas máquinas para utilizar e incluso puedo optar por un entrenador. A veces me piden fotos o autógrafos, acepto, al igual que a veces me topo con otras celebridades.
—Eres un cochino ¿Lo sabes? —le acuso.
—Culpable —admite bebiendo de su botella de agua como si estuviese agotado por un arduo trabajo—. Además eres tú al que debe mantener la figura para las cámaras, yo podría engordar y no me afectaría en lo absoluto.
—Cretino privilegiado.
No lo niega; checo mi reloj deportivo de pulsera, ya deberíamos irnos. Comienzo a recoger mis cosas cuando de repente Chandler grita emocionado llamando la atención.
— ¡Mi canción! —exclama mi rubio emocionado, le presto atención a la canción que resuena por todo el gimnasio y sonrío.
Es una canción de Levi Holladay, el joven cantante. Esta estrella en ascenso que promete mucho y ha causado revuelo en las redes sociales, los jóvenes son los más alocados por él estos últimos días. Su estilo musical me recuerda al de Justin Bieber, y Chandler es su fanático, me hizo usar mis influencias para adquirir el álbum en pre orden con beneficios del club de fans.
La familia de Lowell tiene muchas personas talentosas como miembros. Me imagino lo adinerado que deben ser y de que si lo pensara de manera superficial creería que deben ser personas lejos del suelo y con aires de privilegio, pero entonces recuerdo a Lowell y no es para nada de esa manera.
Chandler baila al ritmo de Not the good boy, y me encuentro moviendo los hombros a la para que él. Incluso si no quisieras terminarías amando alguna de las canciones del álbum debut del chico, son refrescantes.
No es hasta que termina la canción que salimos del gimnasio y vamos a asearnos un poco, pues el día de hoy también asistiríamos al estudio luego de un fin de semana que la agencia nos regaló de descanso. Cuando nos volvemos a encontrar en el pasillo, mi querido primo parece de un buen humor.
