Capítulo 14

14 8 11
                                    


CAPITULO SIN CORREGIR


Londres, Reino Unido 

 Veo de reojo a Asher, que está de pie a mi lado en la entrada de la nueva casa de los gemelos, y temo que se sienta mal, pues, el enorme afiche con la foto de su novia está afuera con una enorme equis atravesándola y debajo las palabras "prohibid...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Veo de reojo a Asher, que está de pie a mi lado en la entrada de la nueva casa de los gemelos, y temo que se sienta mal, pues, el enorme afiche con la foto de su novia está afuera con una enorme equis atravesándola y debajo las palabras "prohibido el paso".

—Tan gracioso los chicos, ¿No? —río fingiendo demencia.

—A veces me gustaría que se llevasen mejor —comenta, suspirando.

Le palmeo el hombro, él me sonríe y mis preocupaciones se disipan. Un chico que hace de portero (el cuál solo viste unos vaqueros sencillos pero la piel llena de escarcha) nos mira con expresión aburrida.

— ¿Nombres? —pide, mirando con desdén una tabla con nombres impresos en una hoja sobre un atril.

Asher me mira arqueando las cejas, la música retumba en el interior de la casa y los valet parking regados por el estacionamiento siguen recibiendo a los invitados.

—Caleb —digo—. Sabes cómo nos llamamos.

Enarca una ceja y repite:

—Nombres.

— ¿Bromeas no? —se ríe Asher, no obstante, se calla de golpe cuando el chico no le corresponde la risa y tiene la expresión más escalofriante del mundo.

—Nombres —repite como si la situación le aburriera.

—Que estupidez —digo—. Lowell y Asher Holladay.

—Déjenme revisar si se encuentran en la lista de invitados —nos dice levantando un dedo en alto para que no digamos nada más.

Hace como si estuviera repasando los nombres en la lista con suma atención.

—Ok, voy a golpearlo —aviso.

Asher me agarra del cuello de la camisa y me jala hacia él cuando ve que camino hasta Caleb con toda la intención.

—Lo siento, no se encuentran en la lista —anuncia apenado, luego con sus extraños ojos felinos observa nuestras caras serias atentamente y de repente se echa a reír como un loco—. Debieron ver sus expresiones, que puta pasada.

Se hace a un lado para dejarnos pasar, aun riéndose de nosotros y yo le ignoro, claro que tenía que ser amigo de los gemelos, ¿Quién sino? Solo alguien tan insoportable como ellos podría ser su amigo. Asher ríe despeinándole el cabello antes de entrar detrás de mí.

Empujo la enorme puerta de cristal que da un giro y nos conduce al recibidor de la enorme casa. Abro los ojos sorprendido, los chicos debieron gastar una bola de billetes por este lugar. Hay luces de colores bailando en el techo y suelo, en el recibidor hay una cabina de fotos decorada para que los invitados se fotografíen a sí mismos, en el otro extremo hay una pequeña plataforma giratoria dónde las personas se puedan subir mientras una cámara de videos los capta haciendo poses y demás, como de esas que solemos encontrar en las alfombras rojas. ¿De dónde han sacado todo esto?

(LH.1)- La dulce perdición de LowellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora