Capítulo 6

21 9 58
                                    

Londres, Reino Unido

Claramente había visto a muchas personas hermosas en mi vida, pero cuando ella está allí, en el estacionamiento de la agencia esperando por mí y me sonríe, es como si no fuese consciente de que puede conquistar el mundo entero solo con esa sonrisa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Claramente había visto a muchas personas hermosas en mi vida, pero cuando ella está allí, en el estacionamiento de la agencia esperando por mí y me sonríe, es como si no fuese consciente de que puede conquistar el mundo entero solo con esa sonrisa.

Y me la está dando a mí. Y yo no soy el mundo, pero puede conquistarme si quisiera.

—Tal parece que ahora estaré a su merced, señorita —le hago una reverencia porque sé que le divierte que lo haga.

— ¿Harás lo que sea que yo te ordene entonces, señor? —bromea Blair comenzando a caminar junto a mí mientras nos dirijo a mi auto.

Le sonrió de manera ladeada, sin negar o afirmar a su pregunta, puedo llegar a torcerlo y es mejor no ponerla nerviosa. Todavía.

Un par de hombres de seguridad de su equipo se dirigen a un auto por detrás de nosotros, al igual que los míos nos estarán vigilando de cerca.

—Traje algo para ti —aviso extendiéndole una gorra que he traído de mi camerino, es una de mi gran colección, adoro las gorras.

— ¿Para mí? —sus ojos esmeralda parecen reflejar una sorpresa autentica, pareciera que no le han obsequiado muchas cosas en su vida.

—Ajá, ya que tendremos que ir de incógnitos —me encojo de hombros, ha sido una de las reglas del contrato, no crear muchos escándalos mediáticos los primeros meses del rodaje—. Es idéntica a la que llevo puesta.

—Gracias Lowell.

La rodeo quedando detrás de ella y la ayudo a pasar su coleta de cabello por la abertura de la gorra, noto muchas cosas interesantes desde aquí. En primer lugar, los vellos de su nuca se erizan por mi toque, en segundo lugar; tiene un tatuaje en la nuca que me encantaría descubrir para analizarlo con atención más adelante, y en tercer lugar huele a jazmín, espero que note que la olfateo como un perro pero es imposible contenerse, en ella resulta demasiado agradable.

— ¡Ta-ran! —se gira haciendo una pose exagerada hacía mí, sonrío de labios apretados, es linda y tierna a la vez—. ¿Qué tal me queda?

—Me parece que el papel de incógnita no va a servirte de mucho.

— ¿Y eso por qué? —hace un puchero inconsciente y yo termino por mostrarle mis dientes en una amplia sonrisa.

¿Qué tiene ella que parece que siempre ando sonriendo a su alrededor? Como una especie de don sonrisas bobalicón.

—Porque incluso si lo intentaras, no eres el tipo de persona que alguien pudiese pasar desapercibido, es imposible —le informo.

Con ese cumplido parece que se queda muda, ruedo los ojos y nos subimos por fin a mi auto. Tampoco se espera que yo le abra la puerta, me ve extrañada cuando lo hago; en el interior me inclino hacia ella y la ayudo a colocarse el cinturón de seguridad.

(LH.1)- La dulce perdición de LowellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora