VIII

31 4 0
                                    

El placer de sentir tu mano arder cuando sientes que todo dentro de ti se derrumba es algo exitante para quienes carecen de amor, pero doloroso para quienes lo tienen.
Callamos el dolor mental con el físico para poder distraer a nuestra mente y darle llamados diferentes.
Otras simplemente preferían terminar con todo en una sola vez por todas la veces que sus corazones fueron amenazadas con un arma o un cuchillo.
Simplemente hay unas que extrañan ese dolor.

La mañana era fresca, las calles del viejo Seúl estaban empapadas, los ojos de Minho estaban mirando aquella avenida frente a la ventana, mientras que su amado estaba en la cama durmiendo plácidamente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


La mañana era fresca, las calles del viejo Seúl estaban empapadas, los ojos de Minho estaban mirando aquella avenida frente a la ventana, mientras que su amado estaba en la cama durmiendo plácidamente.

«¿por qué prefieres alguien usado como yo?».

Su mente pensaba más y más mientras seguía mirando con detenimiento al de cabellos rojizos, quien ya se miraba mejor de aquellos golpes, al igual que Minho, ambos comenzaban a dejar curar sus heridas.

—¿que haces ahí, cariño?, regresa a la cama. - dijo Han de manera ronca y se dio la vuelta dejando aquella espalda desnuda a la vista de Minho.

Quien obedeció como si le hubiesen tirado un hechizo, en un instante ya estaba en la cama rodeando con sus fuertes brazos la cintura de aquel ojiverde.

—la mañana es más linda cuando estas aquí, aún conmigo. - dijo Minho y beso la clavícula del mayor.

—digo lo mismo, pero alguien es terco y le encanta menospreciarse... - hablo de la misma forma; Somnoliento. —agende una cita, iremos a terapia, así que por favor, descansa un poco más, tenemos un día largo, quiero que vengas conmigo a mi agencia. - esta vez enfrentó la mirada del menor y lo miro por los hombros.

—¿terapia?... ¿Por qué?.

—no pienses que es por el ámbito sexual, quiero que sanes y puedas dormir tranquilo, anoche me asustaste cuando empezaste a decir que te soltara y comenzaste a llorar, no parabas de decir no me toques, y gritabas mi nombre, quiero que te sientas bien y puedas dormir bien. - han se dio la vuelta y miro al ojiazul a los ojos. —tus ojos son hermosos, es como si viera el atardecer en un mar.

El sonrojo notorio en Minho hizo que su lunar de la nariz resaltara mucho y Han le dio un casto beso. —no necesitas pagar en mi, puedo estar bien.

—por favor, no seas necio, iremos juntos, tu estarás con un psicólogo y yo con otro, no debes por qué tener miedo, quiero verte feliz todos los días y todas la noches.

—miras mucho por mi y yo por ti no hago nada. - su rostro entristeció y evadió la mirada del cabellos rojos.

—se que si los papeles fueran al revés harías lo mismo sin pensarlo, solo disfruta esto, solo tenemos una vida, también llame a un maestro particular, mañana empezarás tus clases de tercer grado, quiero que seas lo que quieras, quiero verte triunfar, y decir con orgullo que a pesar de todos sus miedos, mi novio logró su felicidad. - tomó las mejillas del menor y lo miró fijamente, para finalizar con un beso tierno.

Habibi - Minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora