Especial

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Minho, ahora un excelente ingeniero, se encontraba como el mejor chef.

Salteaba aquellas verduras mientras cocinaba aquel cerdo en el otro lado de la estufa.
Su hermoso novio, Jisung, aún yacía durmiendo en la segunda planta.

Su cuerpo era cubierto por sus pantalones de pijama y un mandil de plástico, su ancha y formada espalda se podía apreciar más con ese atuendo, espalda un tanto lastimada a consecuencia del placer; Jisung era el causante.

—¡LEE MINHO!. - grito Jisung con la cara de sueño mientras bajaba la escalera. —rayos, debí amarrarte a la cama si sabia que te irías a correr.

Jisung se quedo parado en la sala tallandose los ojos, Minho escucho desde la cocina, solo rió y apago La estufa para caminar a donde se encontraba su novio.

—¿a quien deberías amarrar?. - cuestionó mientras tomaba aquella curva de su novio. —buenos días, ¿como dormiste?. - dijo dándole un beso mientras Jisung lo tomaba de las mejillas.

—bien, pero hubiera sido mejor si alguien no se hubiera levantado de la cama, me sentí solo.

Minho rió y acarició la mejilla de este. —salga las veces que sea no tendrías por que sentirte solo, volveré a casa siempre para estar contigo, además, debo despertar por que si no, quien te alimenta.

—esa debería ser mi tarea, tu trabajas siempre y apenas y consigues días de descanso, por favor, mañana y el resto de la semana yo haré el desayuno, comida y cena, solo trata de dormir más, por favor.

—mmm, lo pensaré, amor.

Ambos rieron y terminaron dándose un beso profundo qué regaba amor por doquier.

—ahora, ¿que cocino el excelente chef?. - Jisung rió por lo último y Lee tomo su mano, lo llevo a la cocina y lo dejo en una silla del mesón.

—tu comida favorita.

Tomo dos platos y comenzó a servir de esta, un poco de verdura, el cerdo y arroz, simple, pero era el favorito de Jisung por que fue el primer platillo qué Minho le cocino.

—gracias. - Minho se quedo estático por un momento y quedo mirándolo a los ojos. —te amo. - Jisung le sonrió y bajo su vista a sus labios.

—¿quieres besarme?.

Jisung asintió en respuesta.

—¿puedo besarte?.

No dijo nada más y este unió los suyos como si todo fuera un hechizo.

Paso el rato y después de besos y abrazos, se centraron en desayunar, esa tarde tenían cosas que hacer, como limpiar la casa, Jisung debía terminar una obra y Minho debía revisar unos documentos.

La mañana duro poco, pues ahora ya eran las cinco PM y Han estaba aburrido.
Había terminado sus asuntos y solo quería estar con su novio, pero este al ser un responsable de lo peor, sabía que lo ignoraría.
Pero recordó qué existía algo en el el cual hacia caer a Minho de rodillas.

Sus piernas.

Subió a su habitación y tomo la camisa de Lee, este era alto y ancho, Jisung no era tan alto pero si tenía una espalda un tanto ancha, no tanto como Lee.

Se la coloco y miro lo holgada qué se veía, se quito el short y sus bóxers, se puso aquel suspensorio qué Minho le había visto noches atrás, se miro al espejo y se desarreglo un poco el cabello, se puso un brillo labial color rojo y sabor cereza y salió de ahí.
Sabía que su novio estaba en su oficina, así que al saber donde estaba su presa, estaba a punto de atacar.

Habibi - Minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora