XIII

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Bailar con el amor de tu vida bajo la lluvia, un sentimiento de amor muy lindo y romántico.

El tiempo no es eterno
Los sentimientos perduran, cuando son verdaderos, perduran para todos los días.

Expandir la amargura y explicar cada cosa que uno siente era una pérdida de tiempo para algunos, y para otros, era importante para estar tranquilos.

“brindemos por las noches donde  lloramos y traguemos este líquido amargo como los malos ratos”

La mañana siguiente era fría, las calles de Seúl estaban cubiertas y replatas de nieve, las personas caminaban con cientos de ropa encima, con regalos y cosas en mano

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La mañana siguiente era fría, las calles de Seúl estaban cubiertas y replatas de nieve, las personas caminaban con cientos de ropa encima, con regalos y cosas en mano.

La navidad ya había comenzado

Y a comparación de quienes sufrían frío, Jisung y Minho estaban en una temperatura sumamente agradable.

La pierna de Jisung estaba en el regazo de Minho, su cabeza recargada en el pecho de este y sus brazos abrazando su abdomen.
Minho tenía entre sus brazos a Jisung y su nariz estaba en su cabello, apesar de la ardua noche, el aun olía a aquella crema de vainilla que se colocaba en el cabello.

Los primeros ojos en abrir fueron los de Jisung, al igual que fueron los primeros en cerrarse. Miró por encima y noto los párpados cerrados de Lee, sonrió y trató de moverse a darle un casto beso, pero su cadera y trasero le dolía y eso hizo que emitiera un gemido de dolor.

Miró su cuerpo por debajo de las sábanas y vio que aún llevaba ese arnés y esas bragas todas descosturadas.
Sintió su rostro arde y estuvo a punto de ponerse de pie, pero los brazos de Lee le hicieron imposible.

—¿que te avergüenzas?, te comi hasta el último centímetro de tu piel, ayer, ademas quiero mirarte bien, ayer me facinaste. - la ronca voz de Lee se hizo presente y eso hizo estremecer a Jisung.

—me siento pegajoso, debo bañarme. - volvió a intentar salir pero Minho lo volvió a jalar.

—cómo no te sentirás así, me corrí tantas veces que has de traer más de veinte bebés dentro.

—no digas esas cosas. - rió y le dio un golpe en el pecho. —iré a sacarme todo eso de mi cuerpo, ya vengo.

—no. - dijo y lo volvió a jalar, se sentó en la cama y lo puso sobre sus piernas, las abrió y puso sus manos sobre su entrada. —yo fui el responsable, debo limpiar mi desastre. - no dijo nada y metió dos dedos de golpe y comenzó tratar de alcanzar aquel punto donde llegó anoche.

Sintió la viscosidad en sus dedos pero aún así siguió metiendo y finjiendo sacarlos, Jisung se sentía apenado pero exitado y comenzó a gemir.

Así estuvieron unos minutos hasta que Minho por fin pudo hacer que este líquido suyo resbalara por la entrada de su amor. —listo, ya puedes bañar. - miró que Jisung no se movía. —¿o que ya te exitaste lo suficiente?.

Habibi - Minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora