XIV

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4 meses después...

Cuando estas con alguien que amas todo pasa muy rápido, la vida se vuelve hermosa y las noches eternas.

Tus conste luchas tomaron sentido alguno el día que lo conociste, tuviste un objetivo el por culpa luchar y jamás rendirte hasta el final... Pero de quien de verdad teníamos que cuidar era del destino.

Ese maldito lastima cada vez que nos sentimos en las nubes, rompe nuestros llantos haciéndolos tornados y tsunamis, nuestros gritos podían ser escuchados desde el arrecife más profundo, y sin así, este no nos solitaria.

Igual, nunca le importamos a la vida.

8:50am

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8:50am

Era la hora marcada en aquel reloj que comenzó a sonar haciendo despertar a Lee.
Se sentó en la cama estirando sus músculos y tornando su cuello, volteo y miró aquella figura desnuda, sonrió y se acercó a darle un beso.

Jisung se había convertido en lo más valioso en la vida de Minho, de eso no había duda, Lee tomó clases de boxeo y sus terapias habían mejorado en tan poco tiempo, y no era por otra cosa más que por Jisung, quien lo mimaba y lo llenaba de tanto amor, tanto que recibió más de lo que deseaba.

—saldré a correr, amor mío, ya regresó. - le susurro al oido dejando un beso a su vez.

Han solo se removió y se acomodo para seguir durmiendo, Minho se acercó al closet y sacó sus tenis y ropa deportiva, y comenzó a cambiarse.

Tomó sus audífonos y teléfono, las llaves de su casa y salió de ahí.

Sus trotes eran ligeros pero lo hacía muy rápido, la mañana era un tanto calurosa, la onda de calor les pego muy fuerte y eso no era algo que les preocupara, pero les molestaba cierto clima.

El sudor resbalaba por su frente y su manera de suspirar era errática, en un momento la música dejó de escucharse y ahora su tono de llamada acudió a su oír.

—¿bueno?. - pregunto Lee una vez había contestado con aquel botón de su audífono.

—¿ya mero vienes?. - la ronca de voz de su novio se hizo sonar.

—mmm, ya casi, ¿ocupas algo?. - pregunto Lee mientras trotaba en su mismo lugar.

—¿puedes ir por una dona a la panadería que está cerca de aquí?. - en una especie de puchero soltó aquellas palabras haciendo reír al menor.

—claro amor, ¿solo una?.

—3, y comprate algo para tu café. - Minho rió ante la respuesta.

Habibi - Minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora