XVI.V

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Minho tomó ambas manos del mayor y las subió a su cabeza, la sostuvo con una mano, la otra estaba dessbrochando su cinturón, cuando lo consiguió mando a que este no separara sus manos.

Comenzó a sujetar sus manos con aquel objeto de cuero, amarró lo suficientemente fuerte como para que esté no pudiera desatarse, pero a la ves sus manos no salieran lastimadas.

-nunca digas que hay mejores que tu, mi ojos no han podido mirar eso. - Dijo y desabrocho aquel cinturón de su cintura de Han, abrió la gabardina y comenzó a desabrochar su pantalón. -si hay muchos hombres en esta tierra, pero ninguno así como tu.

Continuó quitando aquel pantalón por comenpleto dejándolo solo en unas bragas color vino, mordió sus labios y lo miró con ojos donde la seducción iba primero antes que el amor, abrió su camisa y miró aquellos pezones entre una mezcla de café y rojo.-es una lastima que no pueda deshacerme de toda tu ropa, pero me evitó la pena de desatarte y hacer que escapes... Sabes, me gusta todo de ti, y no solo la parte sentimental. - dijo mientras se metía entre las piernas del mayor y comenzaba a jugar con uno de sus pezones. -me gustan mucho tu grandes muslos, tus largas piernas, tus caderas, esas mismas que cuando me tienen dentro se mueven como unos profesionales, me gusta sentirse, me gusta sentir tu cuerpo, marturbarte cuando estoy entrando y saliendo de tu agujero.

Minho bajo sus manos a aquellas bragas y comenzó a jugar con el miembro erecto del contrario, este se retorcía con aquel toque sobre su ropa.

-esta es una de mis partes favoritas, verte retorcer bajo mi, pidiendo piedad en que pare, pero ese es tu manera de decirme que no me detenga y termine rompiendo te a la mitad, me gusta, me gusta cuando gimes mi nombre en esa boquita llena de maldiciones, no sabes cuantas veces me masturbe pensando en ti antes que pudiéramos lograr coger, no sabes como desee poder tocar tu piel y que tu tocaras la mía. - su mano comenzó a mover aquella braga dejándola a un lado de uno de sus cachetes traseros. -chupa. - dijo poniendo dos dedos en la boca de aquel pelirrojo.

-así, así me gusta, me gusta cuando recibes mi polla también, verte a ti con los ojos blancos por lo profundo que llego, suficiente. - demandó y este paro escupiendo ambos dedos, los llevó a la enreda del mayor y los inserto de un solo movimiento haciendo que este gritara de dolor pero el placer ya comenzaba a acudir la situación. -te sientes exquisitamente bien, amo meter mis dedos en ti, dime, ¿te gusta que te haga esto?, ¿te gusta que tome de ti como un títere?, mmh. - al no ver respuesta alguna soltó sus manos de aquel agarre de sus manos y lo tomó del cuellos agitando lo para después brindarle a una cachetada. -responde, ¿te gusta que te trate?.

Jisung mordió sus labios y gimió fuerte al sentir la última fuerte cachetada. -¿quieres saber?... Sueltame.

Minho lo pensó un poco, sonrió de lado e hizo caso, soltó aquellas mano y en un instante ahora era el él que estaba abajo. -Puedo derribarte Han Jisung.

-callate, ahora no soy Han Jisung. - de bajo de ahí, le quito el saco a Minho y le rompió la camisa dejándola por algún lugar de la habitación, tomo el cinturón que le pertenecía y lo ató dejándolo en la cama con solo su pantalón.

Se puso sus zapatillas y se cerró la gabardina, apago las luces dejando aquellos focos rojos que dejaban ver con claridad la silueta y rostros de ambos, tomó su bolso y sacó aquella mascarilla, amarró esta así rostro y regresó a su lugar. -ahora llamame Hanji, por que soy Hanji, ¿entendido mi querido fan?.- aquellas palabras dejaron sin aliento a Minho.

Jisung sentó en aquel regazo, y terminó de atar aquellas manos en el cabezal de la cama. - quedate quieto, está noche tu simplemente verás.

La tortura había empezado, o eso al menos Jisung estaba comenzando a creer, Minho sólo sonreía extasiado por ver hasta donde aguantaba el cinturón de ambos. -Adelante, comienza, juega con tu cuerpo y hasta venir como lo hago yo, masturbate y mete tus dedos así como lo hago yo, jodete tu solo, solo que disfrutalo hasta donde aguantes. - se quedó quieto y miró como su novio comenzaba a abrir la piernas, su entrada y su miembro efecto estaban deslumbrado.

Habibi - Minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora