COBARDE: MENTIRAS || Saga Mancuso #1

11. El susto

Derek Schell

El sonido de un disparo me sacó de mis pensamientos, abrí los ojos y lo vi caer al suelo, me sorprendió verlo aquí. Mi cuerpo estaba inmóvil no podía reaccionar. 

Al reaccionar, me arrodille al lado de Seok para presionar la herida.

—Soy el sargento Schell, agente de narcóticos, necesito una ambulancia de emergencia, me encuentro en la plaza roja donde hace... Hace unas pocas horas hubo una explosión, tengo una víctima de disparo de francotirador. – informe a través de mi walkie-talkie. – Un varón de 35 años, si... ¡Si! Está entrando en shock.

Mientras presionaba la herida me dio por mirar a mi alrededor, tratando de buscar al francotirador que había disparado. 

Pero todo estaba en calma, no había rastro del tirador. 

Mi mente empezó a pensar en quién podría ser el responsable de este ataque, y mis sospechas se hacían mayores, ahora podía ser cualquiera.

Después de unos minutos que parecieron eternos, escuché las sirenas de la ambulancia acercándose. Ayudé a cargar a Seok en la camilla y lo acompañé hasta el hospital. 

Estaba preocupada por su estado y por todo lo que había sucedido. 

Al llegar al hospital, vi cómo se llevaban rápido a Kim Seok al quirófano.

Me quedé en la sala de espera, tratando de mantener la calma mientras esperaba noticias sobre Seok. Mis pensamientos seguían girando en torno a quién podría haber sido el responsable del ataque. 

¿Era alguien de los Karlsson? ¿O podría ser alguien más? No tenía suficientes pistas para saber con certeza quién había disparado, pero sabía que tenía que seguir investigando. 

Me senté en una silla, cansado y abrumado por todo lo que había sucedido. 

Sabía que esto no había acabado aún y que tendría que seguir luchando para descubrir la verdad detrás de todo esto.

La sensación de agobio se hizo presente en mi cuerpo, pero al sentir aquellos brazos fuertes rodeando mi cuerpo hicieron que me alarmara un poco pero, acabaron calmandome ya que vi al dueño de aquellos brazos, se trataba de Oliver que me miraba con preocupación.

—¿Cómo estás? ¿Qué ha pasado? – preguntó Oliver con una expresión de preocupación en su rostro.

—Seok fue disparado por un francotirador. – le respondí tratando de mantener la calma.

Oliver no dijo nada, solo trataba de calmarme.

Me sentí reconfortado por su abrazo, pero al mismo tiempo, mi mente seguía trabajando, buscando respuestas y pistas para encontrar al culpable. 

No podía permitir que esto siguiera sucediendo, no podía permitir que más personas resultaron heridas o murieran por mi culpa. Tenía que seguir adelante, seguir luchando hasta que descubriera la verdad. 

Mi mente me jugó una mala pasada, recordé el momento donde habían disparado a uno de los miembros de los Dragones, no sabía qué hacer y aquel escalofrío que había sentido hace años volvió a mi como el pequeño ataque de ansiedad.

Oliver lo notó, giró mi cabeza para que lo mirase. Se acercó a mis labios y depositó un tierno beso.

El beso de Oliver me hizo sentir más tranquilo y seguro. Me di cuenta de que no estaba solo y de que tenía a alguien a mi lado que me apoyaba. Sonreí levemente, agradecido por su gesto de cariño. 

Sabía que tenía que superar mis miedos y seguir adelante con la investigación, pero al menos ahora tenía un poco de paz en mi mente gracias a Oliver. 

Me acomodé en la silla, esperando noticias de Seok y pensando en cómo seguir adelante con la investigación.

Las horas se hacían eternas, no sabía cuánto tiempo había pasado desde que Seok Kim había entrado a esa sala de operaciones. 

Tenía miedo de lo que le podía pasar, Oliver lo noto y trato de mantenerme calmado lo más posible, mi mente estaba hecha un lio ya no sabía cómo actuar si como la persona tranquila y extrovertida que era o como si la otra... totalmente explosiva.

Oliver me hablaba suavemente, tratando de distraerme de mis pensamientos y mantenerme enfocado en el presente. Me contaba cosas sin importancia, anécdotas graciosas o simplemente hablaba sobre cosas triviales. 

Agradecí su presencia y su apoyo, me hizo sentir menos solo en medio de todo el caos.

Después de lo que parecieron horas interminables, un médico entró en la sala de espera. Me levanté de inmediato, ansioso por saber cómo estaba Seok. El médico se acercó a nosotros y nos dio las noticias.

—¿Cómo está? —pregunté con urgencia.

—Tu amigo está estable, pero necesitará estar bajo observación durante las próximas horas. La bala ha sido extraída, pero tuvo mucha suerte. No hubo daño en órganos vitales, aunque la herida fue profunda.

El médico nos explicó que Seok estaría en recuperación durante un tiempo y que aún no podía recibir visitas, pero que pronto nos dejarían verlo. 

Me sentí agradecido por la noticia y me relajé un poco más. Miré a Oliver y le sonreí agradecido por su apoyo. 

Sabía que la lucha no había terminado, pero al menos tenía una pequeña victoria en medio de todo el caos. 

Cuando nos dejaron ir a verlo entrar en la habitación, me acerqué a la de Kim Seok y lo encontré dormido, parecía estar descansando tranquilamente. 

Me senté en una silla a su lado, pensando en todo lo que había sucedido. 

Sentía que todo lo que había pasado de alguna manera estaba entrelazado con la muerte de mi madre y la traiciono a la pandilla, ¿cómo? Aún no lo sabía, era lo que debía averiguar.

De repente, recibí una llamada de un número desconocido en mi móvil. Mi lado lógico decía que si no respondiera a aquella llamada, algo peligroso podía ocurrir. 

Pero mi lado irracional, descolgó la llamada.

—¿Diga? —respondí con cautela.

—Puedo pasarte información acerca de quién está detrás de los atentados que has sufrido. Solo necesito un poco de tiempo.

Esto me recordaba a los viejos tiempos.

Aquello sonaba realmente interesante, no podía dejar escapar aquella oportunidad.

—Está bien. ¿Dónde y cuándo?

La voz al otro lado del teléfono me dio las coordenadas de una dirección en el centro de la ciudad, donde debía ir esa misma noche.

Mientras colgaba, no pude evitar sentir un escalofrío. Sabía que me estaba adentrando en territorio peligroso, pero no podía dejar pasar esta oportunidad para encontrar al infiltrado. 

Respiré hondo y decidí prepararme para la reunión secreta. 

Esta vez iba a tener que actuar con más cautela que nunca.