16. ¿Más cerca de la verdad o más cerca de la mentira?

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Derek Schell

No sé cuántas horas pasaron desde que caí inconsciente en aquel edificio abandonado, pero al despertarme estaba en una cama, miré a mi alrededor y vi que estaba en una casa lujosa. 

Me incorporé lentamente y me froté los ojos, tratando de entender lo que estaba sucediendo.

Recordé la lucha en el edificio abandonado y miré mi cuerpo para comprobar si estaba herido.

Para mi sorpresa, no encontré ninguna lesión visible, lo que me hizo preguntarme cómo había llegado hasta allí y quiénes eran los hombres con máscaras que había enfrentado.

Decidí levantarme y explorar la casa, buscando cualquier pista que pudiera darme respuestas.

 Caminé por los pasillos y las habitaciones, admirando la elegancia y la sofisticación de la decoración, pero también sintiendo un escalofrío en la espalda al darme cuenta de que algo estaba mal en ese lugar.

Finalmente, llegué a una habitación que parecía ser el despacho del dueño de la casa. 

Miré a mi alrededor y encontré algunos documentos que parecían ser importantes, así que los revisé con atención. 

Descubrí que aquella casa pertenecía a la familia Karlsson.

¿Alexander Karlsson planeo esto? ¿Por qué?

La puerta fue abierta y aquel hombre se acercó a mí, me fue acariciar la mejilla, pero, yo solo se la golpeé apartándose de mí.

—Hijo, tranquilo. – habló Alexander mirándome.

—No me llames hijo. - gruñí mirando a aquel hombre. — ¿Por qué estoy aquí? ¿Qué quieres de mí? – pregunté furioso, tratando de controlar mi ira.

—Lo siento, no quería asustarte. - se disculpo él mirándome. — Solo quería que te sintieras cómodo en mi casa. – dijo Alexander, tratando de justificarse.

—¿A eso llamas tu cómodo, puto loco? – grité mientras le miraba, la ira se iba creciendo más en mi interior. – Déjame salir de aquí.

—No puedo hacer eso, hijo, no ahora que por fin te he encontrado.

—¿Qué de qué coño hablas? – pregunte sin entender absolutamente de lo que estaba hablando.

—Derek... yo soy tu padre.

No, aquello no podía ser así. ¿Quién secuestraria a su hijo para confesarle todo esto?

Me quedé sin palabras, sin saber qué pensar o decir. ¿Cómo podía aquel hombre ser mi padre? 

Nunca había escuchado hablar de él antes, ni había visto alguna fotografía de él. 

Además, ¿por qué se comportaba de esa manera tan extraña y peligrosa?

—Eso es imposible. – respondí, tratando de mantener la calma.

—Sé que es difícil de creer, hijo, pero es la verdad. Te busqué durante años y finalmente te encontré... -  explicó Alexander con un tono de voz suave y convincente. — Quiero que sepas que siempre te he amado y que todo lo que hice fue para protegerte y cuidarte. 

Pero yo no sabía si podía confiar en él. Había algo en su mirada y en su comportamiento que me hacía sentir incómodo y desconfiado. 

Recordé las palabras de mi madre antes de fallecer: "Escape de todo, de mi legado, de tu verdadero padre todo para mantenerte a salvo."

Si mi madre se fue de Italia fue por una razón, y una de ellas era por mi padre biológico. 

Le miraba con rabia, aquel hombre... Si realmente era mi padre, como decía, le odiaba por todo lo que le hizo a mi madre.

COBARDE: MENTIRAS || Saga Mancuso #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora