13. El mensaje

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Derek Schell

—¿Te parece bien si esta noche duermes conmigo? – pregunto Oliver mientras me miraba con una sonrisa. 

Me sentí un poco sorprendido por la propuesta de Oliver, pero me hizo sentir feliz y seguro.

Había pasado por una experiencia difícil y sentir la cercanía de Oliver me hacía sentir seguro y protegido.

— Esta bien. - dije abrazándolo.

Oliver acaricio mi cabello, sentí su mano en mi cabello se sentía tranquilizador. 

Él sonrió y me dio un beso suave en la frente antes de ir a su habitación.

Su habitación se podría decir que era la más grande, en el centro de esta se encontraba una gigantesca cama. 

Al rededor de esta había un montón de cosas más, como un sillón de masajes. A primera vista parecía cómoda. 

Oliver me mostró el baño privado que estaba en la habitación, me dio una toalla y me dio una camiseta de él.

Me sentí un poco nervioso mientras me cambiaba, no estaba seguro de lo que Oliver tenía en mente al invitarme a dormir con él.

Podía ser como Kesar que solo me quería para tener relaciones sexuales con él.

Decidí dejar de lado de pensar de ese imbécil. Ni siquiera vino a verme.

Antes de salir del baño me vende la mano, después de vendarla salí de este y vi que Oliver ya estaba acostado en la cama, su mirada estaba clavada en mi, no pude sentir como mis mejillas se sentían un poco más caliente de no normal por aquella mirada tan... Penetrante.

Me acerque a él y antes de acostarme a su lado, Oliver tomó mi muñeca para hacer que acabase encima de él. 

¿Por qué de repente soy tan tímido? Joder.

Estando encima de Oliver, me di cuenta de que este hombre solo estaba ocupando su ropa interior.

Oliver me dio una sonrisa tranquila pero, sentí que detrás de esa sonrisa había algo de perversión. 

Me abrazó por la cintura haciendo que me sentará encima de sus piernas, la colcha era lo que nos separaba.

—Te queda muy bien. - habló refiriéndose a la camiseta que me había prestado. — Puedes quedártela, si quieres.

Miré hacia otro lado y solo asentí, después de unos minutos Oliver me dejo echarme en la cama.

Senti la mano caliente de Oliver pasar por mi pelo, acariciandolo y me susurró al oído: —Estoy aquí para lo que quieras, mi gatito yo te protegeré.

Lo que no entiendo es porque me ve como una damisela en peligro... No lo soy...

Nos acomodamos en la cama y Oliver me rodeó con su brazo, acariciando mi espalda suavemente. Me sentí relajado y seguro en sus brazos.

—Gracias por cuidar de mí, Oliver. —agradecí en un susurro, creo que era lo mínimo que podía hacer.

—Siempre estaré aquí para ti, mi gatito. —respondió él con ternura, besando suavemente mi frente. —No tienes que pasar por nada solo nunca más.

Poco a poco me estaba quedando dormido en los brazos de Oliver. 

Él me acarició el pelo una vez más y me deseó buenas noches antes de apagar la luz. 

Me sentí agradecido por tener a alguien como él a mi lado y me dormí.

No sé a qué hora era, pero de nuevo la angustia apareció en mis sueños.

COBARDE: MENTIRAS || Saga Mancuso #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora