1. El principio de la venganza

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Derek Schell

Aquella noche de diciembre en la víspera de Navidad.

Las calles de Alemania se llenaron de sangre. 

Entre los que fueron asesinados estaba mi madre. 

No sabía quién la asesinó, a lo mejor... ¿mi padre biológico? ¿La familia Mancuso? ¿La mafia rusa? ¿La mafia irlandesa? ¿La propia policía?

Cada vez me surgían más culpables pero, no tenía uno en claro. Fuese quien fuera, tenía claro que me vengaría de esa persona o personas. 

Después de la muerte de mi padre; mi madre cayó enferma y yo acabé en el sitio donde mi madre no quería que acabase metido... La mafia alemana. Al principio solo estaba metido en las peleas o las carreras clandestinas, nada del otro mundo. 

Poco a poco el jefe de los "Dragones Verdes", Müller, se fijó en mí y eso hizo que empezara a subir poco a poco dentro de la familia. Pase de ser un simple asociado a pasar al segundo al mando de la pandilla. 

Nunca pasó nada, hasta aquel día antes de la víspera de Navidad alguien nos vendió a los maderos y a otras familias.

No había ningún lado donde pudiéramos escondernos, las calles estaban plagadas de policías y familias enemigas. Solo tenía una única solución aunque hacía meses que no iba a aquella casa desde la muerte de mi madre, la casa donde me había criado desde pequeño.

 Aquella casa no era muy grande, pero sin duda era acogedora, al entrar dejé mis llaves en la pequeña cesta que teníamos en la entrada, los adornos de navidad aún seguían por los rincones de la casa, a mi madre le encantaba estas fechas.

Siempre tenía una sonrisa en su rostro cuando se trataba de esta festividad, cada paso que daba lo hacía desprendiéndose de mi ropa, aquel pasillo se me hacía infinito desde que ellos no están, pero al final llegue hasta la habitación de mis padres, saque las toallas de baño. Tras bañarme fui a hacerme algo de comer, hacía días que no comía.

Los pensamientos y los recuerdos pasaron por mi mente, haciendo que un río de lágrimas salieran de mis ojos. 

Dos años después de que nos traicionan, la pandilla de los Dragones Verdes quedó disuelta, no sabía el paradero de nuestro jefe, solo esperaba que no estuviera muerto. 

En mi caso, solo seguía en mi casa, sólo salía para comprar comida y conseguir algo de información, respuestas a lo que había pasado en aquellos días.

Aquella casa se me hacía demasiado grande para mí solo, sentía que en cualquier momento se me iba a caer el techo encima, las crisis de ansiedad eran frecuentes, llorar hasta quedarme dormido ya era una costumbre más. 

Poco a poco iba controlando las crisis de ansiedad, ya no me quedaba dormido al llorar, incluso llegué a un punto donde sentía que ya no tenía más lágrimas que llorar. Me prometí a mí mismo que no volvería a llorar, no me iba a volver a romper por una situación así; pese a que me costase. 

Nunca tiré sus cosas, al guardar sus pertenencias sentía que seguían conmigo de alguna manera.

Un día cualquiera, por un ataque de ira quizás mezclado con la ansiedad me dio por destrozar la antigua habitación donde dormían ellos.

Entre las notas que guardaba mi madre vi una carta dirigida hacia mí y su diario, tomé ambas cosas y abrí aquella carta:

Mi querido niño,

Si estás leyendo esto es probable que me hayan matado, necesito que encuentres a tu padre biológico y a tu gemela. Tu melliza se debe de encontrar con la familia Mancuso, tu padre al contrario deberás de buscarlo por Rusia.

COBARDE: MENTIRAS || Saga Mancuso #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora