15. La reunión con las Mancuso

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Oliver Lindbergh

Horas antes

Al despertar no vi al gatito por ningún lado, me vestí y fui a buscarlo. Pero no estaba en ningún lado. Fui al garaje y su coche no estaba.

¿Dónde mierda se había metido?

Iba a buscarlo, pero no pude ya que tenía unas reuniones importantes. Llegué a casa para comer algo, me metí en la cocina para cocinar ya que eran la una de la tarde, escuché ruido en la entrada de la cocina y lo vi.

—¿Estás bien, Gatito? ¿Dónde has estado?

Derek medio una sonrisa, falsa.

—No he podido dormir y he salido a dar una vuelta en el coche. Lo siento si te he preocupado.

Me acerqué a él para acariciarle suavemente la mejilla.

—Ven aquí, no tienes que disculparte. - dije estirando mis brazos para que me abrazara. —Siempre puedes hablar conmigo si algo te preocupa.

—Solo ha sido una noche difícil, supongo. - suspiro él mirando hacia un lado. — Pero estoy bien, gracias a ti.

Le abracé con fuerza, acariciando su cabello con ternura.

—Siempre estaré aquí para ti, Gatito. - le di un pequeño beso en la frente para después susurrarle. — Siempre.

Tras hablar un rato le comenté que aquella noche iba a viajar hasta Italia por unos asuntos pendientes que tenía que hacer con los Mancuso, note que se sorprendió un poco cuando menciona aquella familia.

Llegar al aeropuerto privado me tomó menos de veinte minutos, gracias a que aquella zona estaba bajo mi territorio. Unos segundos después de bajar de mi coche, otro vehículo aparece y se baja William.

—Llegas tarde.

—Buenas tardes, Don. - ironizó el inglés, con una inclinación de cabeza hacia mí.

—¿Bronn tardará demasiado? - cuestiono, pues conozco a mi primo y sé que no lo gusta llegar tarde .

—Ya sabes cómo es... a veces, si esta noche estuvo "de fiesta" ya a tardar. – dijo recordando lo que ya sabía, un suspiro abandonó mi boca. — Por cierto, ¿cómo vas con tu plan?

—El gatito se sigue resistiendo, se ve que esta más ocupado en esa estúpida investigación.

—Bueno, al final de cuentas está tratando de resolver el misterio de su madre, ¿qué pasa si se entera de la verdad?

—Solo espero que ese día no llegue... – hable mirando hacia el cielo, sabía lo que había ocurrido en Alemania hace cinco años atrás. 

Sabía quién había dado la orden, pero si se lo decía... 

Posibles escenarios aparecieron en mi mente, todas esas posibilidades acaban con el mismo final trágico: alguien muriendo a manos de Derek.

No quería que el gatito se alejara de mi lado, no podía permitir que llegara a saber la verdad.

El vuelo es largo y mientras hablábamos sobre el negocio. El avión privado aterriza en Italia entradas las tres de la madrugada, el clima es caliente y húmedo, totalmente diferente a Rusia.

Un cielo lleno de estrellas, luces de las pequeñas e intrincadas edificaciones, calles de piedras medievales y un aire puro.

Al salir del aeropuerto, nos dirigimos directamente a una casa que había comprado ya hace años mi padre mientras vivía aquí, la usamos para alojarnos. Durante el camino, William y yo seguimos hablando de negocios y de cómo podríamos expandir nuestra influencia en Italia, estaba preocupado por los asuntos del pasado, líos que aun quedaron sin resolver por culpa de aquella puta, Tina Mancuso. Se encamo con mi padre y después desapareció. 

La familia Mancuso aún nos guarda rencor por aquello.

William se retiró a su habitación y yo me quedé en la mía para repasar los documentos relacionados con los negocios que tenía que tratar. 

Sin embargo, mis pensamientos no podían dejar de ir hacia el Gatito y su investigación sobre la muerte de su madre. Sabía que no podía permitir que descubriera la verdad, pero no sabía qué hacer para detenerlo. 

Finalmente, me quedé dormido, cansado por el largo viaje y la preocupación constante.

Al día siguiente, desperté temprano y me dirigí a un pequeño café cercano para tomar un café bien cargado antes de comenzar con mis reuniones. 

Recibí una llamada, tomé mi teléfono y se trataba de la secretaría de los Mancuso, me llamaba para recordarme la cita que tenía con la Don de aquella familia dirigida exclusivamente por mujeres.

Sabía que reunirme con la Don Mancuso era un riesgo, pero también era una oportunidad para resolver los asuntos pendientes y limpiar nuestra reputación en Italia. 

Aún así, no podía evitar sentir un escalofrío recorrer mi espalda al pensar en la posibilidad de encontrarme con ella.

Finalmente, respondí a la secretaria con voz firme y decidida, aceptando la cita y acordando el lugar y la hora de la reunión. Después de colgar, tomé mi café de un trago y regresé a la casa para prepararme.

Durante la reunión, la Don, María Angela Mancuso se mostró fría y calculadora. Pero, también dispuesta a escuchar mis argumentos y propuestas para resolver los asuntos pendientes. Aunque el encuentro fue tenso y lleno de amenazas veladas, logré llegar a un acuerdo con ella y dejar atrás aquellos conflictos del pasado.

Al salir de la reunión recibí una llamada de un número desconocido, lo ignoré pero este no paraba de insistir así que conteste.

—¿Qué es lo que quieres?

—Se trata de Derek. – la voz al otro lado de la línea la reconocí al instante era Adio. Su voz se escuchaba preocupada.

—¿Qué es lo que le pasó a Derek?

—Fue secuestrado, no llegamos a tiempo.

—¿Cómo fue secuestrado? ¿¡COMO QUE DEREK FUE SECUESTRADO!? – grite.

—¿Mi nieto fue secuestrado? – escuché detrás de mí, al girarme me encontré con ella.

¿Qué demonios estaba pasando?

COBARDE: MENTIRAS || Saga Mancuso #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora