COBARDE: MENTIRAS || Saga Mancuso #1

9. ¿Me quieren matar?

Derek Schell

La gran noche había llegado, iría a aquel lugar mientras los demás irían al barco de Ean. 

Antes de ir hice una parada por el restaurante de la prima de Oliver. Sabía que ahí lo podía encontrar. 

Camine hasta donde se encontraba él junto a otros hombres.

—¡Derek! - exclamo Oliver al verme, mientras me indicaba que me sentara junto a un moreno, aquel que me dio las indicaciones. — Bronn te presento, él es Derek, este es Bronn mi primo.

¿A dicho "Bronn"? ¿Por qué se me hace tan familiar ese nombre?

—Ya conocía al retrasado.

—Oye, no soy retrasado... — hable agachando un poco mi cabeza para después mirarle a los ojos.

A lo que esta vez dije sin apartar el contacto visual con el tal Bronn. 

— Es posible que solo sufra de algunas cuantas enfermedades mentales que ni siquiera los profesionales me quieren ayudar, a y también pa...pade... - empecé a hablar algo lento mientras pensaba como se decía esa palabra. — Padezzz... - alargue un poco la ultima letra de aquella palabra del demonio, mirando hacia el techo pensando mental mente como se decía.

—Se dice "padezco". - dijo Bronn, "ayudándome" a seguir la frase.

—Ah, ¡si eso! También tengo dislexia. - dije con una radiante sonrisa. Tras decir eso, tome un vaso que había en la mesa, para echarle un poco de vodka y así beber. —Cierto, Ean ha preparado una carrera, en la cual, narcóticos participara.

—Así que participaras para Ean, ¿eh? - hablo esta vez Oliver, le mire 

—Sí, así es. - afirme mientras le miraba. — ¿Necesitas algo de mí?

—Necesito demasiadas cosas de ti. - no entendí a lo que se refería, pero su mirada era un poco.. rara. — Es verdad, he escuchado que en Alemania una vez ejerciste de abogado, ¿es cierto?

—Si bueno...  esa vez fue por pura coincidencia.

Se confundía de Derek... 

Yo en la vida había ejercicio de abogado, y como gilipollas de mi tengo que seguir la mentira. (*Musica mental dramática de fondo*)

—Tu amigo, el coreano, Kim Seok. ¿Trabaja para Ean?

—Sí, me entere hoy. - informe un poco abatido por la noticia.

—¿Y está enfrentándose para la persona que trabaja?

—Ahm, sí, creo. Algo de unas tierras o similar.

—Ya veo, bueno, ¿algo más de lo que me quieras contar?

—No nada más, - dije levantándome de mi silla. — si no puedo hacer los encargos que normalmente me pides hacer no pueda hacerlas.

—Cuento con ello, tranquilo. - dijo Oliver. — Ya nos veremos cuando dejes de jugar a los polis.

Me fui sin decir nada más, conducir hasta llegar a la calle donde se iba a hacer la carrera. 

Coches, chicas, motos, dinero. Gente sin más. 

Cada día se me hace más aburrido todo.

Baje de mi coche para inspeccionar un poco el sitio, camine un poco y un tipo me llamo la atención.

—Hey, ¿qué miras, capullo? - dijo un imbécil rodeado de chicas, yo solo rodé los ojos.