19. La confesión y la oportunidad II

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Oliver Lindbergh

La llamada misteriosa de Derek me dejo pensando. 

¿Quién podía haberlo retenido?

Las Mancuso me avisarían si sabían algo de él, al final habíamos pactado una tregua, por el momento éramos aliados. 

Pero los Karlsson eran una historia diferente.

Mi cabeza estaba pensando en Derek y no en la conversación que estaba teniendo con mi primo.

 La puerta fue abierta, esperaba que serien los amigos de Derek pero en su lugar era mi tía, Connie viniera a vernos. 

Bronn para él sí que fue una sorpresa no sé esperaba que su madre que estaba en Nápoles viniera a vernos así sin avisar.

—Cuanto tiempo sin vernos, sobrino. – dijo mi tía nada más verme. - ¿Cómo has estado todo este tiempo? ¿Y tu padre, ya está mejor?

—Sonny, sigue como estaba, y si todo está bien. – hable sin darle mucha importancia a sus preguntas, nos encontrábamos cenando - ¿Y a que se viene tu visita, tía Connie?

Mi tía se sentó en la silla vacía al lado de Bronn. Le di una mirada a mi primo que parecía confundido y luego volví a mi tía.

—Solo quería visitarlos, hace mucho que no venía y pensé que sería una buena idea hacer una visita sorpresa.

Mientras hablábamos, mi mente seguía dando vueltas tratando de encontrar una respuesta a la desaparición de Derek. 

¿Qué era lo que estaba pasando? ¿Habría sido secuestrado o simplemente estaba desaparecido por a verse metido en sitios que no debía?

—Oliver, ¿ocurre algo? – pregunto mi tía, la mire.

—Todo bien, tía, no te preocupes. Solo estoy preocupado por unos negocios. – mentí. 

Sabía que no podía mentirla tan fácilmente, ella me conoce tan bien... Como si su vientre me hubiera dado cobijo y sus senos alimento.

Mi tía me miraba como si supiera que le estuviera mintiendo y estaba en toda su razón. 

Olía a puro, ya no me arreglaba tanto como antes y nada más que escuchaba acerca de Derek saltaba a la mínima.

—Mi primito se ha vuelto cada vez más raro, ya no viene al club, madre. Y pierde la cabeza cuando se trata de un policía del tres al cuarto. - hablaba Bronn mirándome con algo de odio.

—No es asunto tuyo, Bronn. – le dije con firmeza. 

Mi primo estaba metido en nuestra organización hasta el cuello como yo. Sabía que no había ningún nuevo trato y que lo que le estaba diciendo a mi tía era solo mentira. 

– Y cállate de una vez.

Mi tía me miró con preocupación y luego volvió a Bronn.

—Deja a tu primo en paz, Bronn. No te metas en asuntos que no te corresponden. – dijo mi tía, firme y autoritaria como siempre.

Trate de cambiar de tema para desviar la tensión que se sentía en el ambiente.

—¿Le digo al mayordomo que te traiga un planto con comida, tía? - pregunté tratando de sonar lo más tranquilo posible, mientras seguía comiendo.

—No, gracias, Oliver, ya comí antes de venir .- respondió mi tía con una sonrisa.

—Primo, se me olvido decirte que llego una invitación de boda de ese viejo. - Habla de Alexander. - Al parecer ya consiguió que su hijo Ean se casara con su prima, dentro de 3 meses.

COBARDE: MENTIRAS || Saga Mancuso #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora