ਏਓ MARIPOSA MORENA ORIENTAL ਏਓ

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❝ En una media luna, es como si estuviera vagando en ella. ❞

– ¡Oh!, Shikamaru-san – llamó la Uzumaki al visualizar al mencionado

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– ¡Oh!, Shikamaru-san – llamó la Uzumaki al visualizar al mencionado. – Le tengo muy buenas noticias – comentó con una sonrisa.

– ¿Cuáles? – cuestionó fastidiado por ser interrumpido cada vez que le iban a decir algo acerca de su hijo.

– La bomba que tenía Shikadai, nunca estuvo activa, eso significa que él no estaba en peligro – sentenció la buena nueva.

– ¿¡Qué!? – la expresión que tenía en su rostro era todo un poema, era obvio que no esperaba aquella información.

– ¿Entonces fue todo un engaño? – preguntó Boruto.

– Así es – respondió Amado. – La bomba que usé en la rama si era real, por eso – añadió a su contestación.

– ¿¡Quién te crees que eres!? – Shikamaru tomó del cuello de la camisa de Amado jalandolo de la silla.

– Si veías una explosión, creerías que la bomba de Shikadai-kun podía ser real – le dijo con tranquilidad, a pesar de la nueva situación en la que se encontraba. – Con esa idea en mente no pondrías en riesgo la vida de tu hijo, tomando una decisión estúpida... ¿me equivoco? – el Nara, rendido lo soltó, diciendo una maldición de por medio.

– Maldito ¡vejestorio! – irrumpió la Yamanaka, en un intento de agredir al hombre que había elaborado un gran plan. – ¡Suéltenme, Kyoko y Mirai! ¡ven para acá, cabecita de algodón! – pataleaba fuertemente para intentar soltarse de los brazos de sus amigas. – ¡Te asesinaré y luego me pondré a bailar en tu tumba! – era evidente su molestia por las acciones de Amado.

– ¡Inoin! es suficiente – Kyoko procuró de que su amiga se tranquilizara y dejará el tema en el pasado, sin embargo, eso no iba a funcionar.

– De hecho... la rubia loca, tiene suficientes pruebas y razones para matar al vejete este – intercedió la chica de ojos lila.

– ¡Ves! ¡la cara de ángel, alma de diablo me comprende! – espetó la hermana mayor de Inojin.

– ¡Tetsu! – exclamó la Uzumaki a modo de reproche. – No le eches más leña al fuego – le pidió a la de tez morena. – Y ambas tengan más respeto – reprendió.

– Kyoko-chan – llamó cierta chica de cabellos grisáceos azulados con un mechón rojo y sus ojos con heterocromia. – No le daremos respeto a alguien que no muestra el mismo valor que nosotras... y lo sabes – sentenció la de un ojo con iris negro y pupila roja y el otro ojo era con iris gris y pupila negra.

– ¡Lo ves! ¡ahora, exijo que me suelten! – con brusquedad comenzó a moverse en un intento de liberarse del agarre de la Sarutobi y la Uzumaki.

– Inoin, basta – habló Sai, reprendiendo con la mirada a su hija, quien acató la orden a regañadientes. – Puede continuar – dijo en dirección de Amado.

❝ WARMNESS ❞ [Kawaki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora