III

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Seokjin hizo una mueca cuando Namjoon se presentó a trabajar un par de días después de "su asunto".

El alfa menor lucía exhausto, su cabello estaba revuelto y su piel tenía un aspecto un poco enfermizo.

En definitiva, no parecía tener un buen día.

—Ni se te ocurra —murmuró molesto al entrar en la cocina y dejar sus cosas en el casillero.

Jin se encogió de hombros con una sonrisa burlona.

—¿Qué cosa, Nam?

Namjoon bufó y le miró entrecerrando los ojos, Jin apenas pudo evitar una carcajada por el aspecto desastroso de su hermano.

—Si dices sólo media palabra con respecto a eso, te golpearé en las bolas —Namjoon advirtió señalando a la cara del otro alfa—. No bromeo.

Seokjin alzó las manos en gesto de paz y luego se dio la media vuelta para volver a sus labores ya que debido a que su hermano se había ausentado, él había tomado las riendas del restaurante por un par de días para ayudarlo.

Namjoon lo siguió una vez que estuvo listo para tomar parte en las tareas, pero a pesar de su impoluto uniforme y su cabello recogido, su cara todavía lucía bastante mal, sin embargo, Jin no comentó nada y siguió haciendo lo que hacía en silencio.

—Me siento sucio —suspiró Namjoon mientras cortaba verduras.

—Creí que no querías hablar sobre eso —Jin esperó a que el alfa menor continuara hablando, pero al ver que no decía alguna otra cosa tomó la iniciativa—. ¿Fue tan malo?

Sin dejar de mover las manos con una destreza impresionante y, lo más sorprendente, sin causar ningún accidente, Namjoon encogió un hombro recuperando el hilo de la conversación.

—Si te soy sincero, me siento como un prostituto.

—Pero sin la parte divertida, supongo.

Namjoon dio a su hermano una mirada asesina ante el comentario de Jin, pero el mayor sólo rió un poco y descartó su enojo ante la broma.

—Sigo sin entender por qué accediste, si ibas a tener toda esta cruda moral después.

—¡Tú lo sugeriste, imbécil! —saltó Namjoon arrojándole una zanahoria a la cara.

La gente en la cocina volteó a verlos, curiosos de aquel arrebato de su jefe. Namjoon se esforzó por calmar y tranquilizar a todos para que volvieran a trabajar, cuando casi nadie le prestaba atención de nuevo, se giró a su hermano y lo señaló con el cuchillo.

—No creí que te lo tomarías tan en serio, Nam —se defendió Jin divertido—. Sólo fue una sugerencia para conseguir el dinero, pero bueno, ya está, lo hiciste y ahora tienes el dinero. ¿Qué tan difícil es dejarlo pasar y seguir con tu vida? No es el fin del mundo.

El alfa menor reprimió las ganas de gritarle de vuelta a su hermano. Después del celo inducido su cuerpo se sentía débil todavía y su ánimo estaba destrozado, por lo que no tenía la fuerza necesaria para continuar con esta discusión tonta.

Jin podría ser un imbécil, y tal vez daba los peores consejos del mundo, pero no tenía la culpa de nada y, en todo caso, tenía razón en algo: ahora podía pagar sus deudas sin pedir al banco. Así que Namjoon debería sentirse más tranquilo con eso en mente, pero su conciencia no lo dejaba tranquilo desde que había abandonado la clínica días atrás.

Siguieron trabajando sin tocar el tema de nuevo por varias horas, pero cuando fue el momento de que Namjoon tomara sus cosas para ir a clase, no pudo evitar sentirse mal de nuevo.

Plan B -NamMin°Minimoni-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora