El asunto estuvo rondando su mente por días, cada hora, cada minuto. Jimin creyó que perdería la cabeza si seguía pensando en aquella loca posibilidad.
Sin embargo, a pesar de todo, él no podía hacer algo como eso, jamás.
Se había criado en una familia tradicional; sus padres se amaban y habían quedado unidos desde hace más de treinta años y Jimin siempre había soñado con hallar un amor igual al de ellos. Todavía confiaba en que podría encontrar su propia historia de amor, a pesar de todo.
Pero las cosas se habían complicado mucho en poco tiempo.
Y si no fuera por esas complicaciones, por su cuerpo tonto, él estaría feliz de esperar por aquella persona que iluminara sus días como un precioso amanecer, quien pediría su mano y de quién llevaría su marca y sus cachorros. Ese era el plan, en el orden correcto: enamorarse, unirse y tener una linda familia.
Su útero tendría que esforzarse por esperar a eso.
Jimin definitivamente no iba a tener un hijo de ampolleta, mucho menos de un completo extraño. Totalmente no.
—Tío Chimmy, ¿tu pancita también tiene un hermanito?
Aunque no era la intención de su pequeño sobrino, Beomgyu, Jimin sintió esa pregunta como un golpe en la boca del estómago.
Era del cumpleaños de Jihyo, su hermana mayor y madre del precioso Beomgyu. Jimin había asistido a aquella celebración sin saber que su cuñada anunciaría su segundo embarazo como regalo para la cumpleañera.
—No, cariño —negó el omega observando a su sobrino sentado junto a él cerca de un estanque lleno de peces en el patio trasero de la casa de sus padres—. En todo caso, no sería un "hermanito", sino un bebé y sería tu primo.
Beomgyu frunció los labios y balanceó sus piecitos que no tocaban el suelo, parecía meditar con serenidad las palabras de su tío.
—Yo no quiero un hermanito —dijo el niño—, tener un primo suena mejor... En la "eshcuela" Taehyun dice que cuando van sus primos a jugar a su casa se divierte mucho. Yo también quiero primos, ten primos para mí tío Chimmy.
Jimin abrió la boca para responder, tratando de pensar en una manera asertiva y afectiva de decir la verdad al niño, pero el sonido de una tos les hizo girar a ambos para encontrarse con su madre.
—Gyu ve a comer pastel —el madre de Jimin, Saereong, dijo a su amado nieto y el pequeño niño asintió poniéndose de pie.
Jimin lo observó correr a lado de su padre, quien hablaba con otros dos alfas; uno de ellos era joven, más o menos de la edad de Jimin. Anticipándose a lo que venía, Jimin se quedó sentado y callado, esperando el momento en que su sobrino se alejara lo suficiente para que su mamá se volviera para hablarle:
—Cariño, ¿cómo estás?
—Ma, no hagas eso, por favor —pidió el omega en un suspiro—. No vengas a acicalarme para después soltarme el golpe, suficientemente malo es que papá quiera presentarme a otro de los hijos de sus viejos amigos.
Saereong se sentó junto a él en la banca de piedra, tomó su mano y acarició su piel suavemente.
—Tu padre sólo quiere lo mejor para ti, quiere que seas feliz.
—Pero soy feliz —replicó Jimin haciendo un puchero ligero con sus labios pomposos—, amo mi trabajo y las cosas que hago, a mis amigos, amo mi vida. No quiero esto ahora.
Su madre sonrió con la misma ternura que sólo una madre puede dar y, por un momento, Jimin se sintió como un niño pequeño de nuevo, que sólo busca refugiarse en los brazos de su madre una vez más.
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Plan B -NamMin°Minimoni-
RandomJimin tiene un plan de vida sencillo: •Enamorarse •Matrimonio •Bebé Pero las cosas se complican un poco y de alguna un otra manera termina involucrado con Namjoon, un alfa torpe que termina siendo el padre de su hijo.