Capítulo 5: ¡Akaashi!

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Cuando abrí los ojos, me encontré con el cabello de Akaashi.

Sonreí al ver que estaba durmiendo con su espalda pegada a mi pecho, con una de sus manos sobre la mía.

¿Y dice no estar enamorado de mí? Qué mentiroso...

Volví a acostarme a su lado, escondiendo mi rostro en su nuca y acariciando su mano pensativo. Solamente me puse a pensar en cuánto tiempo tengo que esperar para que Akaashi tome el valor de decirme que también le gusto, aunque no me molestaría estar así toda la vida si actuaremos como novios siempre. ¡Pero me gustaría llamarlo, oficialmente, mi novio!

Me sobresalté cuando sentí la mano de Akaashi ahora acariciar la mía.

—¿Ya despertó, Bokuto-san?

—No... —murmuré—. Duérmete otra vez, Akaashi.

Él soltó una risa y negó, dejando de mover su dedo sobre el dorso de mi mano. ¡Mierda!

—¿Desde qué hora estás despierto?

—Unos cinco minutos antes de que se despertara. Intenté dormirme otra vez porque estaba cómodo.

—¿Cómodo, eh? —sonreí apoyando mi rostro en el espacio entre su cuello y hombro—. Akaashi, ¿estabas cómodo durmiendo conmigo?

—No me moleste, Bokuto-san.

Yo reí otra vez, acariciando su mano.

—Akaashi.

—¿Si?

—¿Te dije hoy que me gustas?

Pareció respirar hondo, como si pidiera paciencia y negó.

—No, Bokuto-san. Hace tres días no me lo dice.

—¿Puedo decírtelo ahora?

Asintió.

—Me gustas mucho, Akaashi —susurré en su oído, sintiéndolo removerse un poquito abajo mío—. Me gustas demasiado, Akaashi —seguí acariciando su mano, sintiendo un suave apretón—. Me gustas muchísimo... Keiji.

Dejé un beso en su mejilla rápidamente y me escondí en su nuca, aterrado pero con una sonrisa. Akaashi se quedó quieto en su lugar.

—¡Ay, duele!

Chillé al sentir sus uñas clavarse en mi mano. Son cortitas pero eso no significa que lastimen...

—¡Avise antes, Bokuto-san!

—¡Lo siento, lo siento!

Terminé riendo y él me soltó, bufando. Eso no me impidió seguir abrazándolo, entrelazando nuestras manos.

—Akaashi.

Suspiró.

—¿Qué, Bokuto-san?

—Quisiera avisarte que voy a volver a darte un beso.

Y él es muy lento para responder a eso, porque yo ya me alcé un poco para dejar otro beso en su mejilla.

—¡Bokuto-san!

Volví a reír, acostándome y tirando de él para darlo vuelta. Ahora me mira sonrojado hasta las orejas, lo que agita mi corazón de sobremanera. ¡Lo amo demasiado!

—¡Te amo, Akaashi!

Exclamé sonriente y feliz, emocionado por decirlo. Él me mira todavía más en pánico y tapa mi boca, robándome otra risa. Yo acaricio su cintura, sonrojándome.

—¡Bokuto-san, no lo digas así!

—¡¿Por qué?! —alejé su mano sonriente—. ¡Es la verdad, Akaashi! ¡Te amo!

—¡Pero me da mucha vergüenza!

—¿Pero tú también me amas?

Pregunté sosteniendo sus manos entre las mías. Él me miró.

—Bokuto-san...

—¡No necesito una respuesta directa y segura, Akaashi! —exclamé negando—. ¡Solo necesito saber si esto que siento yo, tú también lo sientes! ¡No necesariamente tienes que decirme que me amas!

Me arrepentí de mis palabras, por eso dije lo que dije. Akaashi me miró con sus ojos brillantes, siempre tan lindos y de ese tono tan extraño que me enamora conforme pasan los días.

¿Por qué no le entra en la cabeza que lo amo?

¿Por qué él no puede responder que me ama como yo lo hago?

Pero cualquier pregunta sale de mi cabeza cuando Akaashi, de un solo envión, me besa.

¡¿Qué?!

Nonsense | BokuakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora