Capítulo 3: ¡Te estaba esperando!

1.3K 210 9
                                    

—¡Hola, Akaashi!

—Buenas noches, Bokuto-san. Pensé que te habías ido.

—¡Claro que no! Quería acompañarte a tu casa.

Sonreí mientras guardaba el bolígrafo en mi chaqueta y apretaba un poquito la carta en mis manos. Akaashi solo asiente con la mirada baja, ¡mi chico se ha avergonzado!

—¿Cómo estuvo la práctica?

Decidí preguntar para no incomodarlo. Él me mira y sonríe suavemente, derritiendo mi corazón y quitándome el poco sueño que me queda. Es que Akaashi es tan lindo que debería ser ilegal, ¡hablo en serio! Tiene un rostro tan bonito y una mirada tan... ¡Convaleciente! Aprendí que esa palabra significa algo que se relaciona como con recuperarte de una enfermedad... ¡Y yo no estoy enfermo, pero su mirada me hace fuerte!

Y sus mejillas me hacen querer apretarlas para que deje de ser tan tierno. Ni hablar de mirar sus labios, ¡porque cada día se me hace más difícil pensar en no besarlo! Aunque no lo haré, porque soy todo un caballero, y esperaré a que mi chico se sienta cómodo para poder besarnos... ¡Pero esperemos que no se tarde tanto para cada día me debilito más sin sus labios sobre los míos!

Y es que Akaashi luce tan bonito que me hace amar la vista que tengo hacia él. Lo admiro con una sonrisa, perdiéndome del sonido a mi alrededor y solo concentrándome en mi alma gemela. Es como que cada parte de él me llama la atención: su rostro, su cabello, su cuerpo, su sonrisa, su personalidad. Absolutamente todo: no hay parte de Akaashi Keiji que yo no quiera conocer y amar.

—¡Bokuto-san!

Me sobresalto al escucharlo gritar mi nombre. Parpadeo atontado y lo miro.

—¿Qué, Akaashi?

—¿Está escuchando lo que digo?

Asiento claramente mintiendo.

—No me mienta, Bokuto-san.

—¡Pero Akaashi! —exclamé con un puchero, él simplemente negó—. Está bien, ¡lo siento! No te estaba escuchando... ¡Estaba pensando!

—¿En qué?

—¡En lo que pondré en mi próxima carta! —exclamé sonriente, alzando mi mano. Él suspiró—. Y eso me hace acordar que te tengo que dar esta. ¡La escribí mientras entrenabas!

—Gracias... Bokuto-san...

—¡No tienes que agradecerme! —exclamé negando pero al instante me arrepentí—. ¡Aunque si quieres darme las gracias con un beso, no me molestaría tam-

Akaashi tapó mi boca con sus manos. Es lo más cerca que ha llegado a estar de mí por iniciativa propia, lo que me hace sonrojar tontamente.

—¡Bokuto-san, baje la voz!

Exclama claramente avergonzado. Yo río y asiento mientras aleja sus manos, en la cual todavía está mi cartita.

—¿Te da vergüenza, Akaashi?

Él asiente y mira hacia atrás. Algunos chicos del club vienen atrás nuestro. Ups...

—¿Algún día no te dará vergüenza que te diga que te amo? —decidí preguntar con un poco de más ánimo.

Él no respondió.

Nonsense | BokuakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora